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Javier Peñalba
Viernes, 18 de mayo 2018, 12:57
La columna de humo que a media mañana se elevaba sobre la cubierta del Centro de Espiritualidad de Loiola, en Azpeitia, hacía presagiar poco menos que un desastre. Afortunadamente, no fue para tanto. La rápida intervención de los bomberos de la Diputación evitó que los daños en uno de los edificios singulares del complejo religioso levantados en memoria de Iñigo de Loyola fueran todavía mayores. «Ha sido muy aparatoso, sobre todo por la humareda. Sin embargo, no ha habido que lamentar daños personales», afirmó un portavoz de la comunidad religiosa azpeitiarra.
El incendio, según fuentes de los Bomberos y del Departamento de Seguridad, se originó sobre las once de la mañana en el Centro de Espiritualidad, ubicado junto a la casa natal de San Ignacio. Fuentes de la congregación de los jesuitas indicaron que el fuego comenzó en una zona del patio interior del edificio, donde se acometían diversos trabajos para acondicionar una amplia sala o auditorio con capacidad para unas doscientas personas.
En un momento dado, uno de los operarios que manipulaba un soplete o un elemento de soldadura, aproximó la fuente de calor a un revestimiento para aislar la dependencia de los ruidos. El aislante prendió y las llamas se expandieron con rapidez. La combustión generó rápidamente una densa humareda de color gris que se elevó varios cientos de metros por encima de la cubierta del edificio. La gruesa columna era visible tanto de desde Azpeitia como desde la vecina población de Azkoitia.
Los hechos fueron puestos en conocimiento del Centro de Coordinación de Emergencias mediante llamadas efectuadas al 112. Al lugar acudieron efectivos de los bomberos de los parques forales de Eibar, Azpeitia y también de Zarautz. Una hora después de que comenzara el fuego, las llamas estaban ya controladas y el incendio prácticamente extinguido.
En los instantes posteriores, los bomberos procedieron a revisar la instalación y asimismo enfriaron partes de la zona siniestrada donde todavía se mantenía el calor. Una vez solventado este problema, abandonaron el escenario rumbo a sus respectivas bases.
El siniestro no causó daños personales, ya que quienes en el momento del suceso se encontraban en su interior, la mayoría empleados que trabajaban en la reforma, lograron abandonar el edificio por sus propios medios. No obstante, el fuego produjo desperfectos de consideración en la zona por la que se propagaron las llamas, que deberá ser objeto de una considerable reforma.
El Centro de Espiritualidad de Loyola, conocido como Gogartetxea, está ubicado junto a la casa natal de San Ignacio. Se fundó en 1972, en un edificio que había servido durante décadas como casa de formación para jesuitas, en un marco natural de gran belleza.
Desde entonces alberga actividades de todo tipo, desde ejercicios espirituales en diversas modalidades, hasta planes de formación y eventos internacionales.
El centro tenía programado acoger este fin de semana a varios grupos, en total a unas sesenta personas que, tras lo sucedido, fueron derivadas al Albergue del propio complejo religioso así como al Hotel Arrupe, también ubicado en Loiola.
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