Secciones
Servicios
Destacamos
En 1931, con la desaparición de la monarquía, a la Real Sociedad le cambiaron el nombre por el de Donostia Foot-Ball Club y le quitaron la corona del escudo. Cuando vuelva la república, me gustaría que el equipo pasara a llamarse Irreal Sociedad. Ese ... nombre se lo oí al diseñador Santos Bregaña y me pareció estupendo, porque tiene un punto locoide que le vendría muy bien a este fútbol recargado de épica y solemnidad, celosamente custodiado por hinchas devotos que no toleran la mínima desviación de la ortodoxia ni la menor ironía con la sagrada institución. A mí me encantaría ser irrealista.
En una casa de Aiete, una placa dice que en 1891 «la reina María Cristina (…) honró con su presencia esta humilde morada (…) para administrar el santo viático a uno de sus servidores». Nuestra abuela decía: «¡Entró a mear!». La tradición también cuenta que en 1845 la reina Isabel II se alivió en el establo del caserío Patxillardegi, y, animada por la euforia que producen estas íntimas liberaciones, ordenó que los mozos del caserío se libraran para siempre del servicio militar. Tras la irrupción de la princesa Leonor en un restaurante asturiano, por un apuro gástrico del que hemos sido minuciosamente informados, he pensado que ahora Donostia es menos monárquica porque las reinas ya no reparten esas visitas como un bingo por nuestras casas. Ya no abonan nuestra lealtad. Pero en esos trances, incluso los republicanos deseamos que las princesas lleguen cuanto antes al trono.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.