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A plena luz del día y a 100 metros de casa. Los jabalíes campan a sus anchas por los montes de Gipuzkoa e incluso en los alrededores de los caseríos habitados, en los que ni la presencia de los perros ni la colocación de ... pastores eléctricos les disuaden de su objetivo, alimentarse de lo que más les gusta, maíz, raíces, tallos... Esta misma semana Jon Zubizarreta ha podido grabar con su móvil un nutrido grupo de cerdos salvajes en los montes de Abaltzisketa. Sobre las 17.30 horas, según relata este vecino de la localidad de Tolosaldea, se encontraba en uno de los pinares que se encuentran de camino al monte Ausa-Gaztelu, cuando a escasos metros de donde se encontraba de manera sorprendente se le acercó la familia de jabalíes e ignorando su presencia, siguieron su camino a plena luz del día.
El abaltzisketarra explica que una vez en su casa se puso en contacto con el responsable de caza mayor en la zona. Se trata de Ramón Nazabal. Este cazador coordina el grupo zaldibiarra que se encarga de la mancha o zona entre Zaldibia, Baliarrain, Orendain, Abaltzisketa...
Nazabal lleva ya dos décadas y media cazando jabalíes y reconoce que «todo ha cambiado mucho desde que yo empecé a cazar jabalí. Me refiero a que antes, salíamos a hacer una batida en una zona y rara vez veíamos animales en ella. Ahora, en muchas ocasiones esa misma semana se pueden encontrar nuevas huellas en el mismo lugar. Incluso nos ha llegado a pasar que hemos visto jabalíes a los ocho días de haber batido algún ejemplar en ese punto».
Cuestión que también sorprende al veterano cazador zaldibiarra es que «antes, te hablo de hace veinte años, la cerdas salvajes parían dos o tres jabatos al año. Ahora, lo hacen dos veces en el mismo periodo de tiempo. Ves cómo en un grupo las hembras tienen crías de semanas junto a animales ya crecidos, de unos meses».
Otro aspecto que llama la atención de Nazabal es el buen aspecto de los jabalíes. «Los animales que cazamos se encuentran bien alimentados. Están hermosos, lo que nos hace pensar que comen abundantemente». Según el zaldibiarra, «está claro que los cambios que se han producido en el funcionamiento de los caseríos ayudan a ello. Además, en el monte encuentran suficiente alimento de bellotas, por ejemplo, y no se asustan ante nada, porque tienen fuerza. No les importa acercarse a los caseríos donde encuentran buenos terrenos y en estas fechas, los maizales son un buen lugar donde comer».
La llamada de Jon de Abaltzisketa, no ha sido la única que ha recibido Nazabal estos días. Esa misma tarde también atendió a Gorka Olano que se puso en contacto con él desde Legorreta. «Me llamó para comentarme que un grupo de jabalíes había entrado a uno de los terrenos muy cerca da su caserío».
Gorka Olano narraba que «a cien metros de nuestra casa, han entrado los jabalíes y han provocado numerosos destrozos». A Olano que ya ha recibido la visita de los cerdos salvajes en numerosas ocasiones le preocupa su constante presencia en los alrededores de su casa rural-restaurante Bartzelona de Legorreta, propiedad de su mujer Eneritz Garmendia. «Intentamos tener todo lo más bonito que podemos» para que los clientes disfruten del entorno en el que se sitúa su casa, «pero no sirve de mucho porque en cualquier momento se presentan y levantan con sus hocicos todo el terreno en busca de alimento». Según cuenta Olano, de nada sirve la presencia de perros y sus ladridos, «a los jabalíes no les importa que ladren».
Gorka cuenta que incluso «en una ocasión me tocó un grupo en la carretera a casa. Me paré y no se inmutaron. Cuando abrí la puerta del coche y comencé a salir fue cuando comenzaron a correr». El vecino de Legorreta reconoce que «tenemos un problema serio con ellos. Han perdido el miedo y la 'vergüenza'». A eso hay que añadir la preocupación de este ganadero que ve cómo destrozan los prados donde pastan sus vacas. «Además del daño estético, que no nos gusta, tenemos el problema de posibles contagios a nuestro ganado, ya que en esos mismo terrenos pastan nuestras vacas y el riesgo de contraer enfermedades que portan los jabalíes es muy elevado».
Esa es una de las quejas que más preocupan a los ganaderos y que más repiten a responsables de los grupos de batidas de Gipuzkoa como Ramón Nazabal. El zaldibiarra es consciente de ello y muestra su impotencia ante la falta de eficacia de las batidas para reducir el número de cerdos salvajes en el territorio. «Recuerdo que hace 2 años, cuando yo empecé a cazar jabalí, batíamos entre 30 y 36 animales en una temporada. Un año, batimos 51 y nos pareció algo extraordinario, pero al año siguiente fueron 74, el posterior 83, luego, 92, llegando a matar solo nuestro grupo en un año 99».
Nazabal muestra su preocupación ante estas cifras, «pero esto está ocurriendo también en otros sitios. El grupo de Ataun, Aldaba, Legorreta, Idiazabal... con los que tenemos contacto nos dice lo mismo. Ellos también matan cada vez más ejemplares en las últimas temporadas, el aviso de que hay jabalíes o de que han visto un grupo nos llega constantemente».
Tras haber abatido cuatro ejemplares esta temporada y haber visto cómo se les escapaban más de veinte, el grupo de Zaldibia salió de nuevo ayer pero no cazó ningún ejemplar. Hoy volverán a intentarlo. La afición de cazar se está convirtiendo en una obligación y responsabilidad para ellos ante las numerosas quejas por destrozos de los cerdos salvajes que pesan sobre los grupos de caza. Además, según cuenta Ramón, «entre los cazadores de jabalí cada vez hay más gente mayor. Somos ya veteranos y eso se nota. Los jóvenes no tienen demasiada afición a la caza de jabalí y a los mayores nos cuesta más matarlos».
En plena temporada de caza mayor en Gipuzkoa, la superpoblación de jabalíes no tiene visos de reducirse. Ante la falta de datos de la última temporada, cabe recordar que en la de 2018/2019, disminuyó el número de jabalíes vistos, de 3.407 a 3.163, y aumentó en 72 el número de ejemplares cazados, de 1.932 a 2.004. La caza mayor en Gipuzkoa, hoy en día, está organizada en doce zonas de caza controlada. En este momento en el territorio hay unas 70 cuadrillas para la caza mayor.
Los cazadores guipuzcoanos no se ven afectados por el límite de movilidad para cazar. Las tres diputaciones de la CAV han publicado órdenes forales declarando las batidas como actividad esencial. Las batidas de caza mayor se realizarán de acuerdo con las medidas establecidas, por ello, las agrupaciones de personas cazadoras se limitarán a un máximo de seis, durante la celebración de la batida y en los momentos previos y posteriores a esta.
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