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B. Campuzano

De José María y María del Carmen a Martin y Maddi

DV recorre el último siglo en Gipuzkoa a través de sus nombres: de los apelativos compuestos y en castellano a los simples y en euskera

Bruno Parcero e Izania Ollo

San Sebastián

Lunes, 17 de abril 2023, 06:50

Un paseo por el tiempo a través de los nombres de los habitantes de Gipuzkoa puede ofrecernos mucha información sobre gustos, modas e incluso sobre la propia evolución de la sociedad en función de sus cambios demográficos y sociales. DV recorre el último siglo a través de sus apelativos y constata una evolución que nos deja muchas curiosidades.

Décadas y totales

Mikel y María del Carmen son los nombres que durante este siglo mayor presencia han tenido en el territorio. Sin embargo, esto no ha sido siempre así en los últimos cien años.

A comienzos de siglo imperaron fundamentalmente los nombres compuestos, sobre todo para las mujeres, y casi siempre usando el apelativo María.

Mientras que para el género masculino el elegido casi siempre era José. El enorme peso que tenía la religión y el santoral es evidente.

Así puede entenderse que José, José Antonio, Juan, Antonio y Manuel fueran los más comunes entre los hombres, mientras que en las mujeres eran María, María del Carmen, María Teresa, María Pilar y Juana. Hay que destacar también que la presencia de nombres en euskera era prácticamente residual, sobre todo entre los hombres, mientras que entre las féminas Edurne, Itziar y Arantxa aparecen en la parte baja de la lista.

Es a comienzo de la década de los 30 cuando los apelativos masculinos en euskera comienzan a aparecer con mayor fuerza. Los Iñaki, Imanol, Joseba o Mikel se dejan ver, mientras que entre las mujeres los nombres en euskera compuestos -bien con dos nombres en euskera, bien con uno de ellos en castellano- empiezan a ser abundantes (María Izaskun, Miren Edurne, María Arantzazu o Miren Itziar).

Mucho tuvo que ver en esta expansión que en 1932 la República autorizase los nombres vascos, traducidos o no, aunque la llegada de Franco al poder poco después provocó que quedasen prohibidos los nombres en un idioma distinto al oficial y aquellos que entrañasen un «significado contrario a la unidad de la patria», admitiéndose únicamente los de advocaciones marianas (Begoña o Icíar).

Los apelativos compuestos se van imponiendo en las siguientes décadas. En los 40, los 19 nombres femeninos con mayor presencia entre las nacidas en esa década son compuestos y todos ellos con María como uno de los elegidos.

La relajación de la legislación en 1957 autorizando los nombres en euskera sin traducción al castellano permite que estos no solo vayan recuperando el terreno perdido, sino ganando peso entre la población. Aun así, en el género masculino los cinco apelativos predominantes entre los recién nacidos son Francisco Javier, José María, José Antonio, Juan Carlos y José Luis, con Iñaki (9º), Iñigo (15º), Aitor (20º), Mikel (23º), Xabier (39º) e Imanol (48º) entre los 50 más utilizados; mientras que entre las féminas siguen imperando María del Carmen, María José, María Aranzazu, María Teresa y María Pilar, con Begoña (31º) e Idoia (33º) entre los nombres vascos más destacados.

La década de los 70, con el final de la dictadura, supone una auténtica revolución. Los nombres en euskera se imponen definitivamente, siendo Aitor el apelativo masculino más común, seguido de Iñigo, Francisco Javier, Mikel y Asier. Entre las niñas triunfan Ainhoa, Nerea, Amaia, María del Carmen y Susana.

Ya en los 80, los diez primeros nombres masculinos dominantes son en euskera y los compuestos prácticamente desaparecen, al menos entre los más utilizados.

Es a finales de los 90, y con la llegada del siglo XXI, cuando comienzan a aparecer los nombres de influencia anglosajona como Jonathan, Kevin, Dylan, Ethan, Bryan, Christian, Jessica o Chloe, pero también comienzan a dejarse notar los efectos de la inmigración desde el Magreb y apelativos como Mohamed, Ibrahim, Ayoub, Samir, Yousef, Yasser, Younes, Aisha, Marwa, Malak o Yasmin comienzan a ser habituales entre nosotros, hasta el punto de que en esta última década Mohamed ocupa el lugar 93 entre los nombres más comunes entre los recién nacidos.

Hoy en Gipuzkoa mandan entre los niños Martin, Jon, Julen, Markel y Oihan, y entre las niñas Maddi, Nora, Ane, Laia y Malen.

Nombres en desuso y modas

Un repaso de este siglo nos deja nombre curiosos. Unos porque ya hace décadas que o han desaparecido o son meramente residuales y otros porque aparecen ocasionalmente fruto de alguna moda y, tal y como vienen, se van.

Entre los apelativos que una vez fueron comunes y que ahora marcarían la vida de un niño, encontramos nombres masculinos como Ascensio, Santos, Hilario, Florencio, Teodoro, Raimundo, Bonifacio, Nemesio, Primitivo, Urbano, Nicasio o Severiano, y femeninos como Ignacia, Jesusa, Ramona, Joaquina, Tomasa, Eusebia, Basilisa, Serafina, Balbina, Escolástica, Gertrudis o Melchora, por citar solo algunos ya que el catálogo es amplísimo.

El impacto del cine, la televisión y la música a la hora de escoger el nombre de un recién nacido es evidente, hasta el punto de que el apelativo de muchas personas ha quedado condicionado por la moda del momento. Así, sorprende encontrar en la década de los 40 a unas cuantas Blanca Nieves, aunque el estreno en 1937 de la película de Disney sobre este popular cuento pueda tener mucho que ver. Lo mismo sucede con Denis en los 80, probablemente influido por la canción de La Unión de 1984; o Tasio en los 90, lo que inevitablemente nos recuerda la famosa película de 1984 dirigida por Montxo Armendariz. En los 90 comenzaron a popularizarse nombres como Dylan y Kevin, lo que seguramente encontrará su explicación en el éxito de la serie 'Sensación de Vivir' estrenada a comienzos de la década y en la tremenda popularidad que adquirió el actor Kevin Costner tras el estreno de 'Bailando con lobos' o 'El guardaespaldas'. Chenoa en los 2000, sin duda influenciado por el éxito de la cantante del mismo nombre que saltó a la fama en el programa Operación Triunfo de 2001, o Pau en esta última década, un nombre catalán sin presencia en Gipuzkoa que se ha hecho un sitio seguramente amparado en la figura de Pau Gasol, son algunos casos remarcables.

Nombres más comunes en Euskadi

Las preferencias de los guipuzcoanos han variado ligeramente, y no coinciden con las de los padres y madres de los otros territorios vascos. Aquí triunfan Martin, Jon y Julen entre los chicos, y Maddi, Nora y Ane entre las niñas. En Bizkaia los nombres más comunes son Ane, Izaro y June para las niñas, y Markel, Julen y Jon para los niños. El podium alavés está compuesto por los apelativos Laia, Nahia e Izaro para ellas, y Markel, Aimar e Izei, para ellos. En España, Lucía y Hugo se llevan el primer puesto.

En toda España, según publica el INE, hay 641.875 mujeres que responden al nombre de María del Carmen y 640.854 hombres al de Antonio.

Les siguen en la clasificación Carmen (366.259), Ana María (269.814), María Pilar (258.063) y Laura (257.933), con Nerea como primer nombre en euskera en el puesto 70; y Manuel (562.798), José (547.142), Francisco (467.933), David (369.633) y Juan (325.791), entre los hombres, con Iker en 80º lugar.

Ane y Markel son los dos nombres que se imponen en Euskadi, donde en la lista de los 100 apelativos más populares no aparece ningún nombre compuesto.

Si nos ceñimos a Gipuzkoa, en este siglo han sido Mikel, Francisco Javier y Aitor, y Mari Carmen, María Teresa y María Pilar los apelativos más populares.

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