Secciones
Servicios
Destacamos
Total, que lo dije, y qué necesidad tenía. Era 2017 y declaré ante mi público cercano que no iría nunca a EE UU mientras estuviera ... ese señor en la Casa Blanca. Entre pitos y flautas se me pasaron Biden y Kamala y aquí estamos otra vez, empantanados. Se puede vivir sin ello, ya, pero estoy en un punto caprichoso que hasta me gusta la canción de Bud Bunny que dice «si te quieres divertir, con encanto y con primor, solo tienes que vivir, un verano en Nueva York». Pronúnciese Nueva YOL, un clásico de la salsa.
Pero tengo fe en que esto pase rápido y me preparo leyendo a una modelo muy maja que vive allí y nos chiva que lo más 'cool' ahora es viajar en metro leyendo un libro ¡o un periódico!, sin mirar el móvil, en plan chica interesante. A falta de metro me busco una alternativa postureadora: la exposición 'Visiones cuánticas' de Tabakalera. Paseo, solitaria y misteriosa, entre obras que no alcanzo a entender pero me dejo arrebatar. Contribuye a ello un pitido agudo continuo que distorsiona un poco mi inclinación a hacerme la interesante.
– ¿Este pitido no para nunca?
El empleado de seguridad me dice que no, que está así horas y nos miramos como dos ignorantes cuánticos. «Pues en la otra sala hay un sonido de tambor», me anuncia. No quiero desanimar a nadie; volveré otro día en visita guiada explicativa. Como experiencia interesante y kilómetro 0, me inclino de momento por ir a Getaria y escuchar la sirena pesquera que anuncia la llegada de anchoas al puerto.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.