Secciones
Servicios
Destacamos
Sobrevivimos a la primera etapa de las fiestas navideñas. Se han cumplido ritos como vestir de baserritarra a Lea con un traje dos tallas mayor. Para 2025 le estará en su punto y se dejará, quizá, poner pañuelo en la cabeza. Después de un tardeo ... suave, que ya no tenemos edad, hemos degustado la dosis oficial de marisco, mazapanes y turrón. La criatura ha tomado pera y plátano espachurrados porque es vegana, aunque no lo sabe.
Pero el menú de más éxito ha sido en casa de I. y M.; es el que diseñaron los mismos niños cuando se anunció que este año estarían solos los cuatro y no irían a casa de los aitonas. ¿Lo que queramos? Sí, lo que queráis. La elección de Sara y Peru fue muy simple: lasaña (uff, suspiran los padres, menos mal, algo comestible) y de postre brocheta de chuches, polvorones y… panetone de gasolinera. Literal. No haré publicidad encubierta pero el surtidor gourmet está entre Donostia y Tolosa. No puedo menos que felicitar a esas familias que hayan conseguido evitar los inauditos turrones de chupa-chups, cerveza, jamón o torrezno. Denunciable.
Porque no todo en el mundo ha sido paz. Y no hablo de Palestina y Ucrania. «Discutir da sentido a mi vida -confiesa una cómica e influencer-, y la Navidad es la Champions de los que adoramos discutir». Llevaba tres temas preparados: las mujeres en el sacerdocio, Ortega Smith y por qué Letizia no sale también en el discurso del rey. En esa casa les hubiera venido bien una brocheta de chuches.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.