En mi barrio se cumplen dos de las cuatro condiciones establecidas para detectar si la zona se está gentrificando, o sea, pistas para sospechar si tus calles y viviendas se están convirtiendo en el paraíso de los turistas y te harán salir pitando, dado que ... eres un vecino vulgar y corriente.

Publicidad

A saber: ya hay un establecimiento de alquiler de bicicletas desde donde salen grupos de amigos y familias en alegre pedaleo, aunque no canten 'verano azul'. También hay, segunda pista, bares y terrazas 'aesthetic', o sea, monos, donde todo el café es «de origen» y donde te miran mal si pides descafeinado. Solo por ese detalle te tienes que dar cuenta: esto no es para mí, es para nómadas digitales.

Pero todavía estamos a tiempo de revertir el destino porque he repasado y no se cumplen las otras dos condiciones: no hay un minimarket 24 horas ni lo que llaman 'locker', o sea, consignas para guardar maletas.

En Madrid, donde nos llevan adelanto en general, ya han empezado a utilizar en los restaurantes, cuando has terminado de comer y vas a pagar, un dispositivo electrónico en el que te dan la opción de clicar un 5/10/15% de propina sobre el total de la cuenta. Eso que hemos visto o nos contaban de Nueva York, pues ya está aquí.

Publicidad

Pero todavía hay esperanza y me la da ver a la presidenta de Madrid pasando revista a las tropas con los sones de un chotis ejecutado por una banda militar vestida en plan emperatriz de Lavapiés y de tomarse en Chicote un agasajo postinero.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad