Secciones
Servicios
Destacamos
Voy a hacer exactamente lo que pretendo criticar: o sea, dar mi inútil opinión (bienintencionada, como casi todas) sobre lo de Valencia. Muy de acuerdo con el cómico Ignatius: «Estos días recordemos que libertad de expresión también significa libertad para callarte la boca».
Pero, como ... saben, aquí hay un hueco, una columnita y no es plan. Qué bien estaría un poco de silencio digital ante tantos bulos, amarillismo, crispación, odio y rabia. «Por la terreta», dicen que lo hacen los opinadores e influenciadores de moda cuando piden escobas, compresas o bombas peristálticas (sumergibles) y lo hacen en instagram, que como se sabe es el sitio ideal para pedir bombas peristálticas. Y cada uno remite la petición de ayuda al polideportivo del pueblo o a la tienda muebles solidaria del centro comercial. Lugares de recogida en Pozuelo, Gijón o Irun, cada cual a su lío, informa la voz de los influencers; después reclaman cajas de cartón -no avisan que plegadas- y sugieren que se necesitan furgonetas. ¿No es mejor que se organice a través de instituciones y organizaciones que ya saben de logística y ayuda?
El caso es no callar, que no piensen que soy insolidario, esta gente que intenta ayudar nos recuerda que compremos naranjas valencianas, no marroquíes, y diseña bonitos eslóganes junto a dibujitos de linternas y botas de agua: «Dona por la Dana» o «Dana kids», para la recogida de juguetes. Una monada.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.