Secciones
Servicios
Destacamos
El día en que tú naciste, Lea, nacieron todas las flores. Pero vamos a hacer flashback. Hace treinta años, el día en que nació tu amatxo, no me podía explicar que al salir a la calle, exultante después de conocerle, el mundo siguiera igual: los ... semáforos, el guardia, los taxistas aburridos en fila… No celebraban, cómo es posible, que había nacido mi niña del alma.
Este viernes sentí lo mismo pero había 'señales' que hacían el día histórico. Se presentaba el superordenador cuántico, los arrantzales pescaban atunes gigantes, Donostia lucía en amarillo por lo del Tour y se terminaba de renovar la barandilla de la Concha dejando un tramo de la antigua para que tú la conozcas.
Te han quitado una hora en tus primeras 48 de vida pero llegas a tiempo de ver los árboles floridos de mi calle, las magnolias soulangeanas y, cuando abras más los ojitos, tu tío Imanol te enseñará parques, jardines y pavos reales.
No lo sabes pero Blanca Paloma, la de Eurovisión, me ha dado el título de esta columna y me ha hecho prestar atención a la nana: Ea, ea, lagrimitas del Nilo, noches en vela… Cualquier cosa por una rima.
No te he dicho, pero lejos de tu cuna, hay una guerra.
Por ti, mi chica, he aprendido qué es un faldón, un jesusín, un arrullo, una ranita y un body; un moisés, un cuco y una cuna de colecho. Espero que tú, Lea, aprendas ingeniería cuántica para darle en el morro a esa que tú sabes que siempre se excusa con «ay, yo soy de Letras».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El pueblo de Castilla y León que se congela a 7,1 grados bajo cero
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.