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Los jueves pasan por mi calle una recua de niños de la ikastola vestidos de arrantzales con trajes y botas de plástico dispuestos al barro y la aventura. Es el día de «baso-eskola», o sea, clase de «bosque», como de matemáticas, aunque el bosque ... es algún parque para ver, en el mejor de los casos, lombrices, patos municipales y árboles. Estoy en un tris de apuntarme a las visitas guiadas de Cristina Enea para conocer «el rastro que deja el invierno en la flora y fauna».

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diariovasco La pechuga