Urgente Las 10 noticias clave de la jornada

Los jueves pasan por mi calle una recua de niños de la ikastola vestidos de arrantzales con trajes y botas de plástico dispuestos al barro y la aventura. Es el día de «baso-eskola», o sea, clase de «bosque», como de matemáticas, aunque el bosque ... es algún parque para ver, en el mejor de los casos, lombrices, patos municipales y árboles. Estoy en un tris de apuntarme a las visitas guiadas de Cristina Enea para conocer «el rastro que deja el invierno en la flora y fauna».

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Todo confluye: debo hacer una inmersión en lo rural que tanto alaba Feijóo y qué mejor momento que este con los tractores en las calles. A punto de salir de excursión me encuentro en la tremenda situación de que hacer planes de repente es difícil y no porque esté superocupada sino porque a lo mejor has sacado una pechuga del congelador y tu destino está sellado junto al de esa pechuga. Lo decía una tuitera y me identifico. ¿Merece la pena? Y más cuando no tienes cerca opciones de turismo botánico de postureo, o sea, ver floraciones blancas y rosas de cerezos en Extremadura, ahora apuntados al carro melocotoneros de Calanda y ciruelos riojanos. Mientras espero que los navarros espabilen turísticamente y propongan el paseo entre el verdor de las esparraguerras, me lanzo a una gira por huertas, con sus berzas subidas, sus puerros a punto de recolección, sus cardos atados y sus habas en eclosión.

Ya en casa, tras esquivar tractores, abandono la pechuga a su suerte y me hago una menestra rural.

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