Qué recuerdos. Hice varias campañas electorales, municipales, recorriendo Gipuzkoa en moto, de paquete de Mikel, el fotógrafo. Visitamos baserris en Usurbil, talleres en Azpeitia, carnicerías en Arrasate, restaurantes en Zumarraga. Preguntábamos cosas a la gente. Un día lloré, me acuerdo. Un entrevistado me trató mal. ... Era una reporterilla blandengue.
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En aquellos tiempos en las listas electorales, en las papeletas oficiales de meter en la urna, no aparecían los nombres familiares como ahora, en las que Agustín es identificado como 'Agus', entre paréntesis, o Jose Antonio como 'Joxean'. También el periodismo ha mejorado. Por ejemplo igual en algún reportaje se me escapó escribir «trabajar como un negro» cuando hay que decir «como un animal, un burro, una mula o un descosido», tal como se recomienda. No han dicho nada de momento los animalistas. Sustituir lo de «engañar como a un chino» hoy es más sofisticado. Se aconseja «le ha hecho creer que el día es la noche», «le ha mentido como un bellaco» o «le ha cegado con trampantojos».
La cosa de la corrección está de tal manera que, aunque no me lo espero porque no soy candidata, me he preparado por si acaso la respuesta por si me preguntan, el 28-M en la puerta del colegio electoral, dos nombres de jugadoras de la Real Sociedad. O sea, Etxezarreta y Amaiur. Y lo dejo aquí: votaré al que me regale esta semana una peonía, flor maravillosa y efímera que justo ahora está en su punto.
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