«Mi peor enemigo eres tú», oyes decir a una mujer en el semáforo. Todavía faltan 12 segundos para que se ponga verde así que les miras: son una pareja de edad mediana. Menuda frase para un día de verano a las 11 de la ... mañana. Pero la vida sigue y yo tengo que decidir a qué playa voy. En este municipio costero puedes elegir arenal en función de qué temperatura y qué viento haya, de si quieres estar más o menos resguardada de la brisa marina. En este caso tengo tres opciones: El Bikini, Los Peligros o La Fenómeno. Me decido por la última, una playa huidiza y esquiva, que depende mucho de las mareas. Pero no es 'fenómeno' por eso sino porque aquí cerca vivía en una cabaña una mujer solitaria con seis dedos de la que los críos se burlaban.
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Tumbada tan ricamente me acuerdo del fenómeno de Cristina Pedroche, que ha exhibido su cuerpo perfecto tres semanas después del parto y ha sido vapuleada. Por envidia o por lo que sea le dicen que no todas pueden tener un entrenador personal, tiempo para la meditación y un psicólogo perinatal. El Bikini, Los Peligros, La Fenómeno, las palabras se me enredan y, casualidad, me llega un oportuno recordatorio de Google Fotos titulado 'Tu verano hace 7 años'. Me veo tan mona, con los brazos al aire, costumbre que ya no practico, y me pregunto si no habrá psicólogo para fenómenos como la flacidez.
¡Anda! Descubro en la playa a los del semáforo, que parece que se han reconciliado, y se me va el santo al cielo.
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