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Concentración contra las agresiones sexistas, convocada el primer día de Semana Grande de 2022. Sara Santos
A juicio por apuñalar «repetidamente» a su pareja en un domicilio de Donostia

A juicio por apuñalar «repetidamente» a su pareja en un domicilio de Donostia

La Fiscalía pide 18,5 años de cárcel por intento de asesinato para un varón por agredir a la mujer, que fue hospitalizada 12 días y presenta 38 cicatrices en la cara y resto del cuerpo

Oskar Ortiz de Guinea

San Sebastián

Domingo, 10 de noviembre 2024, 06:35

Un total de 38 cicatrices repartidas entre el rostro, el cuello, el pecho, los hombros y las manos, y toda una sintomatología derivada del estrés postraumático, le han quedado a una vecina de Donostia que presuntamente fue acuchillada «repetidamente» por el hombre con el que había compartido cinco años de relación y un hijo. El caso será juzgado entre mañana lunes y el miércoles en la Audiencia Provincial de Gipuzkoa, en el que la Fiscalía solicita 14 años de cárcel por intento de asesinato, y otros cuatro años y medio por los delitos de maltrato y lesiones.

Los hechos tuvieron lugar a primera hora de la mañana del domingo 14 de agosto de 2022, en una vivienda del barrio de Amara, justo tras la primera noche de Semana Grande, y motivaron varias concentraciones y comunicados institucionales de condena por el «intento de homicidio», tal como lo calificó entonces el alcalde, Eneko Goia. Según informó la Ertzaintza en su día, el presunto agresor, un joven de 26 años -que tenía caducado el permiso de residencia temporal-, fue detenido tras ser localizado en el interior de la vivienda y ser asistido en un centro sanitario de varios cortes en un brazo. Se encuentra desde entonces en prisión. La víctima fue hospitalizada durante 12 días.

El presunto agresor amenazó a la víctima tras recibir su rechazo. «Si te veo con otra persona, lo voy a matar»

El caso fue instruido por el juzgado de violencia sobre la mujer de San Sebastián. La pareja había mantenido una relación sentimental de 5 años que había concluido una semana antes. Según el escrito de calificaciones de la Fiscalía de Gipuzkoa, a partir del primer año el varón «comenzó a controlar la vida» de la mujer: le supervisaba el teléfono por las noches, llegando a contactar con un hombre con el que vio que ella se había comunicado; le seguía por la calle cuando la mujer salía de fiesta, y le llegó a llamar «puta, puta» al ver que hablaba con un chico; le censuraba la ropa con expresiones como «¿a dónde vas así vestida?» para que fuera más tapada; y le acusaba «constantemente» de estar con otros hombres con expresiones como «te gustan todos los vascos», «eres una puta como tu madre» o «seguro que te vas a follar al dentista». Además, en la vivienda se sucedían los portazos y los episodios de agresividad, que «eran más habituales» cuando el acusado ingería bebidas alcohólicas. En una ocasión le propinó «fuertes golpes» en la cara y cuerpo. Fruto de todo ello, la denunciante sufría afectación psicológica, con sentimientos de culpa, desprotección y depresión.

De acuerdo con el Ministerio Público, una semana antes del apuñalamiento, el varón le dijo a la víctima «que quería finalizar la relación sentimental», y acordaron que él se iría del domicilio unos días más tarde. Sin embargo, la tarde-noche del 13 de agosto, le dijo a la mujer que «deseaba retomar la relación», a lo que ella se negó. Él reaccionó con expresiones como «si te veo con otra persona, lo voy a matar. Ya me he estado informando de lo que me puede caer por lesiones». Acto seguido se fue.

Le esperó con un cuchillo

Esa noche, la joven dejó a su hijo al cargo de una niñera y salió. Sobre las 6.15 horas de la mañana, el procesado regresó a casa «en estado de embriaguez». Se presentó a la niñera como el padre del pequeño y, tras irse la cuidadora, se acostó en la habitación que la pareja compartía con su hijo. A continuación, llamó a la mujer y le escribió mensajes como «¿estás follando?», «¿vas a venir?», «¿tienes miedo?». Ella le respondió que en cinco minutos estaría de regreso en casa.

Según el escrito de acusación, él cogió un cuchillo «de grandes dimensiones» y aguardó «con la luz apagada» a que llegara la mujer. Cuando esta accedió a la habitación, el varón «arremetió de frente» y «comenzó a asestarle cuchilladas en la cara». La mujer cayó sobre la cama, «instante en que el procesado se colocó sobre ella y siguió asestándole repetidamente cuchilladas», primero en la nuca y el cuello estando ella boca abajo mientras le gritaba «perra, con quién has estado», y después, tras girarla, en la zona del cuello y la cara, mientras la mujer trataba de protegerse el rostro con las manos. Finalmente, él gritó «socorro» y abrió la puerta de la vivienda, lo que dio pie al aviso a la Ertzaintza.

La mujer fue ingresada durante doce días en el hospital, donde fue atendida de numerosas heridas por arma blanca en cara (8 cicatrices), cuello, espalda, pecho, hombros (11) y manos (17). Dos cortes tenían «unos 6 centímetros de profundidad» y otro «unos cuatro». Varias de las lesiones requirieron una intervención quirúrgica bajo anestesia general. Hasta el 22 de febrero de 2023 no recibió el alta en los controles de cirugía plástica.

La Fiscalía reclama para el acusado una condena de 14 años de cárcel por asesinato en grado de tentativa, dos años y seis meses por maltrato habitual, un año por maltrato no habitual y otro por amenazas leves, delitos todos en el marco de la violencia de género. Asimismo, en concepto de responsabilidad civil, solicita indemnizar a la víctima con 46.015,04 euros por las lesiones y las secuelas que ha tenido.

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