El acusado pidió perdón a una de sus víctimas después de agredirla

En el tercer juicio contra el violador en serie de Gipuzkoa se le acusa de tres agresiones cometidas en Andoain, Anoeta y Tolosa entre 2012 y 2013. En la sesión de hoy, tras las declaraciones del acusado, que ha asegurado que no fue él porque en esas fechas estaba de vacaciones en Rumanía, y de las víctimas, que han comparecido a puerta cerrada pero frente al agresor, han comparecido dos ertzainas, los primeros que atendieron a la víctima que fue agredida el 12 de agosto de 2012.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la víctima estaba en la calle sobre las 5.00 horas cuando el acusado «se abalanzó» sobre ella «arrojándole en la cara spray pimienta». «La tiró al suelo colocándose encima de ella», y después la levantó «empujándola contra la pared» y la sujetó con una mano «tocándole el pecho, mientras con la otra intentó subirle el vestido y bajarle la ropa interior». En ese momento la mujer le dijo que tenía sida, por lo que no la penetró, pero sí «se masturbó y eyaculó» sobre la víctima. Para la Fiscalía estos hechos son constitutivos de un delito de violación en grado de tentativa, por el que reclama una pena de 5 años y 11 meses de cárcel.

Los agentes han relatado que al llegar al lugar de los hechos la víctima estaba «llorando, asustada y muy nerviosa» y que tenía los ojos enrojecidos a causa del producto que el agresor le echó en los ojos. «Nos dijo que se había bajado del autobús y que un hombre se acercó a ella, la roció con el spray y intentó amordazarla con esparadrado».

Los ertzainas han destacado el valor que tuvo la joven para tratar de evitar la agresión. «Le dijo que no le hiciera daño, que iba a acceder a todo pero que tenía sida y que podían ir a comprar condones a una farmacia. Me pareció fantástico que pudiera sacar algo así con ese nivel de estrés, porque la gente se bloquea», ha dicho uno de los agentes. En ese momento el agresor comenzó a masturbarse y eyaculó sobre su vestido.

Además, la víctima les relató que antes de marcharse, su atacante le pidió perdón. «Le dijo que sabía que estaba haciendo mal, que lo sentía». La joven pudo describir a un hombre de unos 25-30 años, rapado, con pantalón corto y sudadera negra, que hablaba en castellano.

El juicio continuará mañana con las declaraciones de varios ertzainas, incluidos los instructores del caso, y del padre de una de las víctimas.