Lugares fantasmagóricos en San Sebastián, el palacio de Aiete
Lugares fantasmagóricos en Gipuzkoa (capítulo 1) ·
Edificios emblemáticos de Donostia, casas solariegas guipuzcoanas y barcos hundidos, entre otros, cuentan con presuntos fenómenos paranormales
Antton Iparraguirre
San Sebastián
Martes, 4 de agosto 2020
Desde que el hombre es hombre ha creído en fantasmas, espíritus y fenómenos paranormales. Aún hoy siguen vigentes historias de percepciones extrasensoriales, telepatía y telequinesia, experiencia extracorpórea, vida después de la muerte, espiritismo, 'poltertgeist', ovnis y el 'factor psi', la adivinación, la sanación, los conjuros, precognición, clarividencia... ¿Eres de los que creen en estos temas, o te muestras escéptico? ¿Compartes esta frase de Edgar Allan Poe: «No creo en fantasmas, pero me han perseguido toda la vida»?
En los próximos días te presentamos algunos hechos de extraña naturaleza o leyendas urbanas que se dan en Gipuzkoa. Juzga tú mismo qué puede haber de verdad o de fantasía en ellos.
Palacio de Aiete
Un lugar emblemático con muchas historias de fantasmas, hasta del de Franco
Uno de los edificios emblemáticos de San Sebastián con oscuras percepciones, a pesar de su inmaculada blanca fachada, es el Palacio de Aiete. Fue construido en 1878 por los duques de Bailén. En él se hospedó la reina María Cristina, y hasta recibió en 1889 a la monarca de Inglaterra, Victoria Alejandra. Tras la muerte de la soberana comenzaron los rumores de que por sus habitaciones se pasea el 'fantasma' de María Cristina o el de Isabel II, quien también pasó largas temporadas.
El palacio fue adquirido por los condes de Casa Valencia en 1913. Después de la Guerra Civil fue la residencia de verano del dictador Francisco Franco durante 35 años. El Ayuntamiento de San Sebastián se había quedado con la propiedad al finalizar la contienda tras pagar una cantidad ridícula a la familia Alcalá Galiano. El generalisimo sufrió en el lugar dos intentos de atentado de los que resultó ileso. En 1973 tuvo que abandonar urgentemente el palacio para ser ingresado en Madrid. Algunos testigos aseguran que han visto su espectro.
En 1977 se abrieron sus flamantes jardines al público y en los años 80 se llevaron a cabo trabajos de rehabilitación y decoración del palacio a cargo de Francisco Aranaz. El Ayuntamiento quería utilizarlo para invitados ilustres, por ejemplo durante el Festival de Cine. Uno de los primeros en pernoctar fue el actor Anthony Quinn, en septiembre de 1981, quien, según se dice, dijo haber pasado «la noche más terrorífica de su vida». Supuestamente escuchó durante horas un «trasiego fantasmal» continuo, golpes y crujidos al otro lado de la puerta de su habitación que le impidieron dormir. Despavorido, bajó las escaleras a las siete de la mañana con las maletas preparadas para irse. Los escépticos subrayan que ni en las entrevistas que concedió en Donostia ni en su biografía, 'One Man Tango', menciona esta supuesta experiencia extrasensorial.
Relatos más espeluznantes son los ofrecidos por los hermanos Óscar y José Alfredo Molina, que trabajaban en la empresa Medina Bi. En 2001, la periodista de El Diario Vasco Cristina Turrau publicó un reportaje en el que recogía los testimonios de obreros que trabajaron en la restauración del palacio. El primero aseguró que «tiene algo diferente y todos los que trabajamos en el taller lo hemos notado». «A veces estás pintando y notas que detrás tuyo hay alguien. Porque hay una presencia, no tengo ninguna duda», mantuvo. Contó que mientras adecentaban el antiguo dormitorio de Franco escucharon «un golpe intenso y seco procedente de la planta de arriba. Como si un armario de hubiera caído». Asustado, subió con un compañero y al llegar a la estancia de la que parecía provenir el golpe observaron que todo permanecía inalterable. Media hora después el ruido volvió a escucharse, y esta vez por el resto de trabajadores.
«Un día estábamos trabajando en la sala que hoy se usa para reuniones municipales y se apagaron las bombillas de las tres lámparas de araña de la habitación, menos una. Cada lámpara tiene de 12 a 17 luces. Consulté con varios electricistas y me dijeron que todas las luces parten de una conexión única. Puede ocurrir que una bombilla quede medio apagada, pero no encendida, como aquélla», narró también el trabajador.
También su hermano José Alfredo mantiene que una tarde de invierno, sobre las 19 horas, escuchó un sonido semejante al de un anillo golpeando el cristal: «Fue como si llamaran a la ventana, pero desde el exterior del palacio. Pensamos que sería nuestro padre que venía a dejarnos material. Salimos, pero allí no había nadie». Lo más curioso es que al mirar la fachada, ambos hermanos observaron que la ventana en la que se había escuchado aquel golpe se encontraba a tres metros del suelo y tenía las contraventanas cerradas para proteger el cristal.
Otros fenómenos que pueden tener una razón sobrenatural o ser leyendas urbanas, se refieren al movimiento de muebles, de un intenso frío que se siente sólo en algunas habitaciones, tanto en invierno como en verano, de olores de origen desconocido y de la aparición de moscas muertas en determinadas estancias.
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