Lo de Luis Enrique

Lo del presidente de la FIFA. Ese que se siente catarí y gay. Pues igual no saben que sufrió bullyng por ser pelirrojo (ahora calvo). Pienso en alguien muy cercano que nos descubrió, ya de mayor, que él también había sido rojizo y pecoso y que lo pasó mal. Le conocí con el pelo canoso o blanco. Pobrecico aita…

Lo de la selección de Ecuador. Rezan juntos antes y después de los partidos. Piden «para ganar y no hacer daño a nadie en el campo». Esto último me enternece. Lo del yerno de Luis Enrique: ¿no es raro que haya seleccionado al novio de su hija? Lo de Gabriel Rufián: jugaba al fútbol de crío en Badalona y quería que ganara España.

¿Llueve a mares? Ya, pero aquí sentada no te nutres de ideas para escribir. Salgo y me refugio en ese gran almacén de libros y tecnologías. Han puesto un rincón zen con tés y cosas tibetanas. En un cartel identifican unas mieles como «crema para untar». Y en otro dicen que son «lo más regresivo posible». Monsieur, le digo (la empresa es francesa), eso aquí no se entiende, quizá mejor «lo más nostálgico posible». Cómo son ellos de chulos: se me pone a explicar lo de la magdalena de Proust.