Eran tiempos en que las madres no daban una. Queriendo llamar a las hijas o sobrinas se trababan todo el rato: Marital, Maricual, Maricruz, Mariluz, Maribel, María Jesús… Esta última era yo porque Pamplona no estaba preparada hace décadas para una 'Amaia' y hubo que ... improvisar entre los nombres de las abuelas. Pudo ser Juana pero me tocó María Jesús. Y nosotras, jiji-jaja ante las confusiones maternas.

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Ha llegado el momento, sí, en que una misma se puede liar con nietos como Oinatz, Osoitz o Arkaitz. Esta misma semana me ha pasado. ¿Qué pensaría Ana cuando me la encuentro, corre que te corre camino del gimnasio y le digo al cruzarnos, sabiendo que estaba mal y riéndome de mí misma, si iba a clase de fit-training? O sea, tenía una lógica. Fit de fitnes y Trainng de entrenamiento. En realidad Ana hace 'crossfit', que nunca me sale, qué rabia me da.

Soy mucho de encontrarme con gente y veo a Mikel (padre) y Ander (hijo) enfurruñados. El niño se ha enfadado con el aita «porque no respeta a Cristiano Ronaldo», argumenta muy serio.

- ¿…?

- No me deja hacer sus gestos y sus gritos. No le respeta.

Para ser más explícito y por si esta señora (yo) no lo entiende, grita 'Síiiii' pero poniendo los labios como para decir 'noooo'.

-Es un txotxolo- califica Mikel al futbolista.

Pongo cara como de dar la razón al crío para que me vea enrollada y no me coja manía. Por cierto, no sé si es Ander, Lander o Iker.

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