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Las caídas siempre tienen algo de cómico, que a veces nos despierta una básica hilaridad. Una figura seria y respetable de pronto se encuentra en ... el suelo, perdiendo momentáneamente el equilibrio, la compostura y hasta la dignidad.
Algo así le ocurrió hace un siglo al general Juan Arzadun, que pese a ser militar ostentaba el cargo de gobernador civil de Gipuzkoa. Iba andando por la calle Igentea y, de repente,... ¡cataplaf!
1923
El gobernador civil, general Juan Arzadun, con su «fuerte humanidad», por los suelos. «En la calle de Igentea, resbaló y cayó a tierra, sin que ninguno de sus acompañantes pudiese impedirlo». Le diagnosticaron rotura de una costilla.
En el periódico 'La Voz de Guipúzcoa', edición del 10 de octubre de 1923, recogieron así el suceso:
«Ayer por la tarde se dijo que el nuevo gobernador de la provincia, general Arzadun, había sufrido un accidente de importancia. Afortunadamente, el hecho, aunque desagradable, no tuvo, ni con mucho, las proporciones que en un principio se creyó».
Tranquilos nos quedamos.
«Lo ocurrido fue lo siguiente: después de almorzar, salió el general del Hotel Central, donde se hospeda, acompañado de su ayudante, señor Méndez, y de un amigo suyo para dirigirse al Gobierno militar. Ya en la calle de Igentea, el señor Arzadun resbaló y cayó a tierra, sin que ninguno de sus acompañantes pudiese impedirlo».
A continuación, el texto de 1923 se refería a «la fuerte humanidad» del caído, que no sabemos si interpretar como que era grande, gordo o fuerte. ¿Ustedes qué creen?
«Dada la fuerte humanidad del general, el golpe sufrido fue, por la violencia de la caída, de alguna consideración, sin que le impidiera, no obstante, llegar por su propio pie hasta el Gobierno».
El Gobierno Militar, actual palacio Goikoa, se entiende. Llegar, llegó el general Arzadun, pero algo maltrecho.
«Una vez allí, y como medida de precaución, hubo de acostarse. Inmediatamente se avisó al reputado doctor Egaña, quien apreció al paciente la fractura de una costilla, sin complicaciones. Le recomendó que guardara cama durante algunos días y afirmó que, dentro de seis u ocho, podrá dedicarse a sus ocupaciones habituales».
'La Voz de Guipúzcoa' incluía nueva información de la noche: «En una nueva visita que le hizo por la noche, encontró el doctor Egaña al paciente en muy buen estado, salvo las molestias inherentes a la fractura que, considerada la robustez del ilustre paciente, estará brevemente curada».
La «fuerte humanidad» tenía «robustez». La información del 10 de octubre de 1923 concluía al estilo de la época: «Lamentamos sinceramente el accidentes producido, felicitándonos de que haya tenido las menores consecuencias posibles para la salud del bizarro soldado y prestigioso escritor que actualmente, y con tanto tino, rige el Gobierno de la provincia».
Recordemos que aunque en la actualidad se use más el adjetivo 'bizarro' en el sentido de 'raro y extravagante', su primera acepción es 'valiente'.
Arzadun se recuperó pronto y para el día 15 ya visitó a la reina María Cristina en el palacio de Miramar «El gobernador nos dijo que había dado las gracias a la augusta dama, por la solicitud con que se había interesado durante el curso de su breve dolencia».
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