1934 | Inauguración de la gran avenida de Amara, más tarde Sancho el Sabio

La jornada de hoy y la de mañana, a pesar de que mañana era domingo el año 1934, los trabajadores municipales se dedicaron a echar el resto para que nada faltara en el solemne acto oficial de comenzar los trabajos de explanación y apertura de la avenida de Amara. El lunes 17 de diciembre, frente a la plaza del Centenario se extendió la cinta cuyo corte simbolizaría el comienzo del nuevo ensanche y, a pesar de los difíciles tiempos políticos que estaban viviéndose, llegado el momento hubo reacciones de gran cortesía entre el alcalde, José Luis Paternina, y el gobernador, Emeterio Muga, cediéndose mutuamente la tijera.

Es obra del Gobierno, decía uno, y a su representante corresponde el honor. Es competencia municipal, contestaba el otro. Abrazo, estrechamiento de manos, el alcalde protagonizando el ritual y las obras inauguradas, motivo por el que apenas abierto el camino un camión, cargado de arena, cruzó entre los asistentes descargándola como ejemplo del comienzo de unos trabajos en terrenos que, en el futuro, serían conocidos como Ensanche de Amara y, concretamente la avenida, desde 1950 llevando el nombre de Sancho el Sabio.

En este punto debe recordarse que en 1902, según lo acordado en 1900, el Ayuntamiento decidió dar el nombre de Don Sancho el Sabio a la calle que, una vez derribada la muralla de Zurriola, quedaba entre las Escuelas, todavía en construcción, y la iglesia de San Vicente, es decir, la actual calle de San Juan, entre San Vicente y Soraluce. A pesar del acuerdo, la decisión de Pleno no se llevó a efecto, siendo en 1950 cuando se repitió el mismo pero, en esta ocasión, designando como avenida de Sancho el Sabio a la principal del nuevo ensanche.

Volviendo al acto que nos ocupa, concluidos los discursos siguieron las tertulias y el lunch en las instalaciones de la Fábrica de Gas, en Morlans.