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Hace casi dos años, el personal de EL DIARIO VASCO vivió el traslado de su sede desde Igara hasta el parque de Miramon. Pero la ... historia de una empresa de larga duración, como los 90 años que en 2024 vivirá esta, está llena de mudanzas.
En la edición de DV de hace ochenta años, el 9 de enero de 1944, encontramos referencia a otro traslado vivido entonces. Nuestro diario había nacido en la céntrica calle Garibay, en su número 34, y acababa de mover su sede hasta el barrio de Gros, concretamente al número 9 de la calle Miracruz.
Acaso no fuera una mudanza muy grande, pero los cambios siempre producen pereza, y más cuando se siente que uno se va más lejos de donde estaba. El caso es que Angel Azcona, el cronista social y más de entonces, se animó a escribir un artículo sobre las sensaciones ante aquel traslado que les alejaba del centro.
«Nuestra ciudad no es una ciudad grande y dicen lenguas que en ella no existen distancias. Tal vez tengan razón los que así piensan. Lo que yo pienso ahora, es que nunca me había dado cuenta de lo céntrico que se halla situada la calle Garibay. Nunca, hasta que por obligación tengo que acudir diariamente a la de Miracruz, que es donde radica nuestro nuevo domicilio y el suyo, con la venia de la Dirección».
«¡Que se fastidie, que para eso le pagan!, dirán muchos de los que hoy me lean. Pues no, señores, nada de eso. Estamos encantados en este barrio. Primeramente por ser de él vecinos y en segundo lugar porque desde que hacemos footing, hemos mejorado sensiblemente de 'tipo', según opinión de nuestros lectores».
1944
Las distancias son relativas y en San Sebastián todo cae cerca. Sin embargo, cuando hace 80 años la Redacción de este periódico se trasladó desde la calle Garibay a la de Miracruz, en Gros, a algunos empleados les costaba cruzar el puente.
(Y nosotros que pensábamos que eso del 'footing' era mucho más moderno. Seguimos leyendo el artículo del 9-I-1944).
«Cruzamos ya los temidos puentes con la veteranía de un vetusto 'grosero'. Para los días de viento o lluvia, contamos con un servicio especial de trolebuses que causará la envidia y admiración de nuestras antípodas de Ondarreta. Son de un modelo muy original. Consumen suela. A los tranvías los despreciamos. O llegan llenos o nunca llegan. A los taxis dirigimos frases como ésta».
«– Mañana seré contigo. Y se lo creen. Nos reimos mucho».
«Tenemos para casos de urgencia una bicicleta. Pero el chico que la monta no nos la presta desde que un buen día, nuestro querido redactor jefe se fue de excursión a Hernani con ella».
«Como verán ustedes, si en San Sebastián existieran distancias, tenemos plenamente resuelto el problema de las mismas. Nos hallamos, como quien dice, a un paso de la calle Garibay, que según tengo ahora entendido, es el lugar más céntrico de San Sebastián».
Se le notaba irónico y cansado de tanto caminar a Angel Azcona, que se despedía deseando «que pasen ustedes un domingo muy agradable, que sean muy buenos y que se diviertan mucho, etc., etc. Nosotros, hoy, no cruzamos los puentes».
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