Borrar
Dos animosas mujeres (¿hermanas?), en una bicicleta. VICENTE MARTÍN / PHOTO CARTE
San Sebastián en 1945 | En primavera llegaba la «furia de pedalear»

La calle de la memoria

San Sebastián en 1945 | En primavera llegaba la «furia de pedalear»

En los años 40 también había muchos y muchas donostiarras que usaban las dos ruedas, sobre todo en primavera y verano

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Miércoles, 9 de abril 2025, 07:06

Es una verdadera furia de pedalear. Lo mismo entre calles, por si no fuera demasiado complicado y arriesgado el modesto oficio de peatón, que en las carreteras, surgen ciclistas como por encanto».

En 1945, tiempo antes de que hubiera bidegorris, tiempo antes de que la bicicleta se asentara como medio de transporte en San Sebastián, también había muchos y muchas donostiarras que usaban las dos ruedas. Sobre todo en primavera y verano.

En un 'Sirimiri' de abril de 1945 escribían sobre ello, con el estilo de la época...

«Ya sabíamos que la primavera la sangre altera; pero, por lo que vemos, también saca de sus casillas a los ciclistas y, sobre todo, a las ciclistas. Es una verdadera furia de pedalear. Lo mismo entre calles, por si no fuera demasiado complicado y arriesgado el modesto oficio de peatón, que en las carreteras, surgen ciclistas como por encanto. Cuidadito que se nos está poniendo difícil esa cosa tan natural y obligada que es ir de un sitio a otro, a los desgraciados que vamos la mitad a pie y la otra mitad andando. Porque pensar en el tranvía es un mal pensamiento».

En 1945 describían la movilidad en nuestra ciudad como una carrera de obstáculos...

1945

Las bicicletas son para el verano... o para la primavera. Hace ochenta años escribían en nuestro diario: «Ya sabíamos que la primavera la sangre altera; pero, por lo que vemos, también saca de sus casillas a los ciclistas y, sobre todo, a las ciclistas»

«Quiere uno cruzar la Avenida y... piiiiii, el guardia-vigía os asusta y hace retroceder; en ese momento, un auto os deja perplejo y cuando creéis pasado el peligro, una bicicleta, entre eses, os pone a un dedo de la clínica de cirugía estética».

Y concluían en tono de broma: «Va a ser cosa de establecer el bono-aéreo para adquirir a plazos una avioneta. A ver si por arriba se puede andar, porque el suelo se pone intransitable».

«Morir electrocutados»

Dejamos al estresado cronista, con su pánico al tráfico y a las ciclistas, pero seguimos paseando por la Donostia de abril de 1945, fijándonos en otro comentario que apareció entonces en el apartado 'Sirimiri' de EL DIARIO VASCO. Descubrimos que no eran bien acogidas las pequeñas obras que cada primavera se abordaban para que la ciudad luciese bien en verano...

«Pronto empezarán a adoquinar, hormigonar, baldosar y asfaltar las calles; y entre el insoluble problema de la circulación rodada y las obras que, indefectiblemente se efectúan en la pavimentación en esta época a beneficio de veraneantes y forasteros, los que vamos a circular 'rodando' hasta que el piso quede bien arregladito seremos los donostiarras y los invernantes de San Sebastián».

Los 'invernantes', o por lo menos el anónimo redactor de DV, temían que los cables eléctricos del tranvía cayeran: «Y encima la espada de Damocles de los cables que se desprenden cada dos por tres amenazándonos con morir electrocutados, que es una muerte muy negra».

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco San Sebastián en 1945 | En primavera llegaba la «furia de pedalear»