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Hace 75 años, las ferias que se solían instalar en Amara cogieron mala fama. Que si eran demasiado ruidosas, que si eran demasiado vulgares.
En ... ese contexto, EL DIARIO VASCO publicó el 8 de mayo de 1949 un comentario en su sección 'Kalejira' de título disyuntivo: «¿Ferias de Amara, sí? ¿Ferias de Amara, no?».
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«¿Ferias de Amara, sí? ¿Ferias de Amara, no?», se preguntaban hace 75 años en nuestro diario. Las barracas tenían fama de estridentes y vulgares. Se mantuvieron, pero buscando «aquello que no sea francamente plebeyo y ruidoso»
El articulista, que firmaba con la inicial 'A.', no se definía claramente al responder a la pregunta «que sí y que no. Que ferias de Amara, sí; pero como las de siempre, que no».
Según indicaba, «puede darse como dominante la opinión partidaria de que haya diversión» con los elementos que entonces se consideraban esenciales de las ferias: «autos de choque, tíos vivos, charlatanes y churrerías, también. Las rifas, siempre que fueran exclusivamente para centros benéficos. Algunos tenderetes más y pare usted de contar».
Recogía el artículo los recuerdos nostálgicos de un donostiarra veterano (en 1949), que recordaba «cómo eran las ferias en su juventud, cuando se instalaban en el Paseo de los Fueros y venían los cines de Farrusini, Rocamora y otros; cuando las películas se daban con 'explicador' y las sesiones terminaban actuando 'La bella Lulú', Luisita Esteso y tantas que luego fueron estrellas del llamado género de 'varietés'».
El texto del 8 de mayo de 1949 no profundizaba en la situación de las ferias entonces ni en las posturas al respecto...
«Y por más que preguntamos a unos y otros no sacamos concretamente nada en limpio (...). Pues, entonces, ¿ferias sí o no? Vamos a dejarlo, para ponernos a tono con el momento y las circunstancias, en unas ferias con restricciones. Y ya está bien, ¿verdad?».
Al final, el artículo apenas apuntaba que las ferias de Amara iban a sufrir «restricciones», sin especificar de qué tipo. Días después, en la edición del 12-V-1949, una nota de información municipal apuntaba mejor por dónde iban los tiros: «La Comisión de Fomento quedó facultada para la organización de las ferias de Amara o de San Juan, de manera que no atenten al buen gusto, durando desde el día 11 al 26 inclusives. Los terrenos serán concedidos por el sistema de puja».
Alfredo R. Antigüedad daba más detalles sobre el «cambio radical de fisonomía» que iban a sufrir las ferias: «Se prohibirá, terminantemente, la instalación de los altavoces que atronan el espacio, lo mismo a los sacamuelas que en los puntos de venta».
«Únicamente habrá dos teatritos, cuyos programas serán objeto de fiscalización, prohibiéndose, a las puertas de ellos, la grotesca propaganda a gritos y burdas canciones. Las tómbolas serán controladas por la Beneficencia. En resumen, dejar los espectáculos para niños, los puestos de dulces y todo aquello que no sea francamente plebeyo y ruidoso».
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