
La calle de la memoria
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La calle de la memoria
1949 | Resbaló dentro del trolebús con cáscaras de frutaEn la calle de la Memoria de hoy viajamos 75 años atrás y nos encontramos con peatones quejándose de algunos ciclistas, o sea, como ahora, ... y de algo que ya no ocurre: quejas por que el suelo de los trolebuses estaba sucio, con mondas de frutas y todo.
Nos lo contaba, lo uno y lo otro, Txibirisko en su columna en DV del 4 de mayo de 1949. Primero, el asunto de las bicis (en tiempos sin bidegorris)...
«Continúan los ciclistas tomando por pista de velódromo el paseo de la Concha y sus aceras entre el túnel de Miramar y el hotel de Londres. Ayer vimos, por esas aceras, en dirección contraria, tres ciclistas a los que se unieron otros para establecer una especie de competencia».
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Los trayectos en trolebús eran toda una aventura. Los chóferes conducían con brusquedad y frenazos que «parecen como intencionados». Algunos viajeros tiraban mondas de fruta al suelo. Con ellas se resbaló una señora
Los perjudicados por aquella improvisada carrera ciclista eran los sufridos viandantes...
«Los peatones no tenían otro remedio, para evitar ser atropellados, que bajar de la acera y meterse en la calzada. Insistimos en pedir que se adopten medidas para evitar tales excesos. Con unos cuantos días de vigilancia para denunciar y multar a los que se meten con la bicicleta en las aceras, se habría logrado el debido escarmiento».
Más llamativa nos resulta la otra queja que incluía Txibirisko en su sección 'Saski-naski' el 4-V-1949, referida a un inesperado peligro que amenazaba a los viajeros de la Compañía del Tranvía de San Sebastián: la posibilidad de resbalarse con una cáscara de plátano ¡dentro de un trolebús!
«También hay que acabar –seguimos leyendo– con el espectáculo de que se arrojen cáscaras de fruta en el interior de los trolebuses. Hace muy feo y da lugar a que, como ocurrió el lunes en la línea de Venta-Berri, se resbalara una señora, resultando con una fractura de clavícula».
Un accidente en verdad insólito, del que culpabilizaban tanto a los viajeros incívicos que tiraban las mondaduras como a los chóferes bruscos...
«Ese peligro de los resbalones con las mondas de fruta en el interior de esos vehículos se aumenta con los frenazos que dan, y los cuales parecen como intencionados. Los cobradores, aunque vayan sentados, deben cuidas de que los viajeros no arrojen las cáscaras; y los conductores, tener un poco de cuidado al frenar. Acaso, en muchas ocasiones, no tendrían necesidad de esos bruscos frenazos si llevaran nada más que la velocidad normal».
Pues sí que se hacían entretenidos los trayectos en trolebús. Más aún si iban por el paseo de la Concha, según indicaban también hace 75 años...
«En la Concha se está haciendo una obra que, a juzgar por el tiempo que lleva, puede ser comparada con la de 'El Escorial'. Verdad es que sólo trabajan en ella cuatro obreros, y así es natural que se eternice. Como es de suponer, el pavimento está mal y los vehículos que por allí transitan pegan unos botes que ponen en peligro la integridad del viajero».
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