
La calle de la memoria
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La calle de la memoria
1954 | Multada por reírse el Día de la VictoriaLa risa es alegría, pero la risa también puede ser subversiva, como se apuntaba en 'El nombre de la rosa'. Unas carcajadas a destiempo provocaron ... que una mujer donostiarra fuera multada hace setenta años.
Es preciso situarse en aquella época, en pleno franquismo, cuando tantos actos estaban prohibidos y perseguidos, y las autoridades se aseguraban de que apareciesen en la prensa local los nombres de quienes habían intentado revender unas entradas para Atocha o que habían blasfemado en la vía pública.
En aquel contexto, el 6 de abril de 1954, la prensa donostiarra se hizo eco de la multa por unas risas. DV lo hizo en los siguientes términos...
«Señora multada.– Por el señor gobernador civil, ha sido multada con 500 pesetas, por haber herido los sentimientos religiosos de los asistentes a la misa celebrada el día 1 de abril, en la Alameda de Calvo Sotelo, con motivo del Día de la Victoria, la señora doña Ramona Blanco Puente. Dicha señora, se hallaba en compañía de su doncella en la terraza de su domicilio, prorrumpiendo en grandes risotadas».
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El Boulevard vivía una de aquellas movilizaciones de la dictadura, una misa previa al desfile para celebrar el 'Día de la Victoria' franquista. En aquel ambiente marcial y solemne, se escuchó a una señora que en la terraza de su casa «prorrumpió en grandes risotadas»
A saber lo que le haría gracia a la pobre mujer. Seguro que no la visión del Boulevard tomado por los participantes en el 'Día de la Victoria' (de la Guerra Civil, quince años antes). Como habían informado, «con dicho motivo, a las once y media de la mañana, hubo en la Alameda de Calvo Sotelo una solemne misa de campaña, instalándose en el quiosco, artísticamente adornado con flores y banderas, el altar».
Ofició la misa el obispo Font Andreu y asistió toda la plana mayor de las instituciones franquistas en Gipuzkoa: el gobernador civil Garicano, el gobernador militar Vidal, el presidente de la Diputación Caballero, el alcalde Pagola, el subjefe provincial del 'Movimiento', Barreda, y muchos más.
En el quiosco del Boulevard se colocaron las banderas de los regimientos a los sones del 'Himno nacional' y al terminar la misa empezó en la calle Hernani «un brillante desfile militar». Aquel ambiente de marcialidad y solemnidad casaba mal con las risas de aquella alegre señora, que hirieron «los sentimientos religiosos», con el precio de ser señalada y tener que pagar 500 pesetas.
En la misma edición del 6 de abril de 1954 informaba nuestro diario de la detención de dos «afanosos rateros», Juan Ollaguno y José Iglesias, acusados de un historial de hurtos de lo más curioso...
«En Herrera, de jamones, salchichones, otras clases de embutidos y varios kilos de mantequilla. Se han recuperado en parte. En 'Flomar', y por el procedimiento 'butrón', se llevaron prendas de vestir y dinero. En la sidrería 'La Paloma' se llevaron seis gabardinas el día del encuentro Atlético de Bilbao-Real Sociedad. (...) En la calle de Garibay, en una pastelería, rompieron una luna y se llevaron el 'postre'. Y, del 'Bodegón Ichaso', de la calle Usandizaga, 'levantaron' 75 pesetas».
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