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El martes 3 de febrero de 1959 aparecían en la primera página de DV dos fotografías de la comparsa de Caldereros y un título que ... reproducía parte de una de sus maravillosas canciones: «Componemos bien y pronto peroles, chocolateras...».
La visión de esta página nos produce dos sorpresas. Por un lado, que la querida comparsa hubiese salido a las calles de la Parte Vieja un lunes. La explicación, que faltaban algunos años para el cambio de, en vez de salir una fecha fija, el 2 de febrero, festividad de la Candelaria, pasar a hacerlo un día de la semana estable, el primer sábado de febrero.
También nos asombra que se le dedicase tanto despliegue en primera página. El motivo estaba en que no era un año más sino que en 1959 estábamos ante la, digamos, resurrección de la comparsa de las sartenes, o ante una de ellas.
1959
Hace 65 años, la comparsa de Caldereros creció en número y vistosidad de la mano de Gaztelubide. Para «no poner en peligro el resultado artístico de la fiesta» se impidió participar a los 'polizones' que no hubieran acudido a los ensayos previos.
La comparsa de los Caldereros de la Hungría hizo su primera aparición el 2 de febrero de 1884, ya con la música de Raimundo Sarriegui (que algunos preferimos incluso a la de la tamborrada) y las letras de Adolfo Comba, ya como «la vanguardia del alegre Carnaval».
La comparsa vivió varias etapas de decadencia e incluso años en blanco, hasta que en 1959 retomó su organización Gaztelubide, lo que dio regularidad y empaque a la fiesta durante una década. Ya en 1972, volvería a relanzarse la comparsa, de la mano del CAT.
Así que hace 65 años se esperó con especial ilusión las voces que cantaban «Caldereros somos de la Hungría, que venimos a San Sebastián. Aquí Momo sólo nos envía a decirles que pronto vendrá» (aunque en aquella época Momo no viniese después y tuviésemos Caldereros pero no Carnaval).
En nuestro DV destacaban el 1-II-1959 que «la reorganización de la tradicional estampa de los Caldereros, simpática tarea puesta de nuevo en uso hace varios años por el teniente de alcalde don José María Maquibar, cobrará en esta ocasión una gran importancia. Acogida la idea por la Sociedad Gaztelubide, en colaboración con todas las sociedades populares y entidades corales donostiarras, este año llegan los caldereros de la Hungría a San Sebastián rodeados de una mayor vistosidad, de un mayor cortejo».
Aquel impulso para mejorar la comparsa llevó consigo el control de los participantes espontáneos: «Para que reine el buen orden en una comparsa tan numerosa como la de este año –de 120 a 140 caldereros– se han tomado las debidas precauciones, llevándose un riguroso control de los elementos que han participado en los ensayos, por loo que se advierte que toda persona que intente formar parte de la caravana sin permiso de su jefe de grupo, no será autorizada a salir en ella. Con esto se trata de evitar la introducción de polizones que, sin haber efectuado ensayo alguno, intentaran formar parte de la caravana con peligro para el resultado artístico de la fiesta».
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