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Recordábamos en nuestra calle de la Memoria de este jueves que la festividad del 31 de agosto fue especial en 1963, al cumplirse los 150 años desde el incendio, destrucción y posterior renacimiento de la ciudad. Si nos centrábamos en el pospuesto desfile militar, hoy nos fijamos en otra llamativa actividad, la celebración de una fiesta de la 'belle époque' que intentó devolver a la Casa Consistorial los aires de 1900, cuando era el Gran Casino.
Un anuncio a toda página que apareció los días previos nos situaba en las partes que tenía aquel plan para el 1 de septiembre, patrocinado ... por el Ayuntamiento «y organizado por el Comercio a beneficio de la Santa Casa de Misericordia».
1963
El juego seguía prohibido, pero para evocar la 'belle époque' se logró que la ruleta girara de nuevo en el Gran Casino, ya Ayuntamiento, con premios de tómbola en vez de fichas de dinero. Una 'Cena de gala 1900' completó aquella noche 'retro'
La propuesta, a la que algunos acudieron en el 'tren del Centenario' que llegó al mediodía, ocupó tres espaciosdel primitivo Gran Casino. Por un lado, el Salón Municipal de Exposiciones de los bajos se convirtió en un 'Cabaret 1900', con actuaciones venidas de París (si bien también se anunciaban «maniquíes australianas»). La entrada, con una consumición, valía 125 pesetas.
Por otro, una parte de los bajos y la terraza y la jardines de Alderdi-Eder acogieron la 'Gran Verbena 1900', cuyo mayor atractivo era una sala de juego con ruleta, pero en la que también hubo tres orquestas, fuegos artificiales (lanzados desde el castillo de la Mota y el puerto), churrería... Todo al precio de 50 pesetas.
Finalmente, el actual Salón de Plenos se decoró para albergar la 'Cena de gala 1900', un banquete con caviar, langosta y cócteles. Era preciso llevar traje de etiqueta o de época para acudir a aquella cena, a 600 pesetas el cubierto, que daban derecho también a una consumición en el cabaret y acceso a la sala de juegos.
Había interés y emoción por aquella noche especial. En nuestro diario escribían el 1 de septiembre de 1863: «Por unas horas, San Sebastián va a resucitar aquella 'belle epoque' en torno a las señoriales salas del actual edificio del Ayuntamiento, que hoy en vez del tecleteo burocrático de las máquinas de escribir va a oír como antaño las melodías de los minués y de las polkas, y en vez de los monótonos uniformes de los ordenanzas municipales dará paso a aquellos mismos miriñaques de nuestras abuelas».
La propuesta tuvo una excelente acogida. «Más que satisfechos, orgullosos de su feliz iniciativa y de la espléndida realización se sentirán ahora los comerciantes donostiarra. Y con sobrada razón. ¡Qué fiel evocación de las noches del novecientos!», exclamaban en DV.
A la cena «asistieron 367 comensales, ataviados con trajes del 1900 y de gala, resultando una fiesta muy simpática». Sin embargo, el centro de atención estuvo en la añorada ruleta que volvía a girar, siquiera por una noche y sin premios en metálico.
«Pero lo que mayor atracción tuvo fue el juego-tómbola, En la parte derecha del Salón de Exposiciones se instaló la vieja ruleta del Gran Kursaal, servida por 'croupiers' del antiguo Casino donostiarra, ruleta-tómbola que tuvo numerosos visitantes, que probaron fortuna para aspirar a la propiedad de magníficos regalos, expuestos en el mismo local. El juego-ruleta tuvo un brillante desarrollo».
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