1964 | San Sebastián contaba con dos piscinas; «cubiertas, cero»

Pocos años después llegaría la piscina de la Perla, obra social de la Caja de Ahorros Municipal. Y mucho más adelante las del Patronato Municipal de Deportes. Pero hace sesenta años, en noviembre de 1964, echaban en falta piscinas cubiertas, que permitieran practicar tranquilamente la natación en una ciudad tan lluviosa como la nuestra.

Hay que tener en cuenta que entonces sólo funcionaban dos piscinas en la ciudad, la de aquella tan diferente a la actual ciudad deportiva de Anoeta, que tenía un trampolín a gran altura y acceso a través del albergue juvenil, y la propiedad del Real Club de Tenis. Ambas se encontraban al aire libre, lo que dificultaba o inutilizaba su uso durante muchos días.

Como escribían hace seis décadas, eran útiles a los nadadores «sólo en verano, cuando la temperatura no amorata la epidermis y corta la respiración. Cuando el termómetro baja se acabó toda preparación».

DV aprovechó la información sobre una entrega de premios a los jóvenes valores de la temporada, en la que también se homenajeó por su actividad a Tomás Iruretagoyena, para hacer campaña en pro de una piscina bajo techado.

«La solución existe –escribían–. Tengo informes respecto a las gestiones que ha iniciado Anoeta a fin de construir una piscina cubierta dentro de Anoeta. Posiblemente en el lugar que ocupa la pista de patinaje. No es descabellada la idea. Tampoco sería un manchón la cubierta de una piscina en el complejo deportivo de Anoeta».