Las diez noticias clave de la jornada
La corporación municipal de Felipe de Ugarte, en la escalinata al Salón de Plenos. PACO MARÍ / FONDO MARÍN
La calle de la memoria

1970 | Las siete de la tarde no es hora para un Pleno

Mikel G. Gurpegui

San Sebastián

Martes, 1 de abril 2025, 02:00

Durante la mayor parte de la historia del Ayuntamiento de San Sebastián, sus sesiones plenarias han comenzado a primera hora de la mañana. Sin embargo, ... ha habido varias excepciones, la más reciente durante el mandato como alcalde de Juan Karlos Izagirre. Buscando obtener una mayor asistencia popular que no se logró, los plenos se trasladaron a la tarde y posteriormente al mediodía, con comienzo a las 13:00 horas, algo que nunca agradó a la oposición.

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También hace más años, concretamente 55, encontramos otra etapa en que se movió el horario de las sesiones. En lugar de la mañana, Felipe de Ugarte y Lambert, alcalde donostiarra desde junio de 1969 hasta febrero de 1974, estableció un tardío inicio de los plenos a las 19:00 horas.

En la edición de EL DIARIO VASCO del 1 de abril de 1970 encontramos un comentario cuestionando aquel horario casi nocturno...

«Un buen día, creyendo servir a una necesidad, se implantó el horario de las siete de la tarde, para las sesiones plenarias. El tiempo ha venido a testimoniar que a esa hora uno puede ir al cine, a jugar una partida de mus, a pasar un rato en la cafetería, en la sociedad, en el club, etc., menos al Gran Salón Municipal de Sesiones», aseguraban categóricamente.

1970 El alcalde Ugarte

decidió cambiar el horario de las sesiones plenarias, pasándolas a las 19:00 horas. Pero «¿por qué celebrar las sesiones por la tarde, si no va nadie a las mismas y las oficinas de la Casa Consistorial están cerradas?»

Se preguntaban en 1970: «¿Por qué celebrar las sesiones por la tarde, si no va nadie a las mismas, las oficinas de la Casa Consistorial están cerradas y los funcionarios, por lo tanto, no están para facilitar un documento o evacuar una rápida consulta sobre el asunto que reclamase una atención?».

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Y remataban en nuestro DV: «Ahora que tanto se habla de productividad y coordinación, creemos que este es un motivo para ser considerado en toda su extensión, hallando el lado eficaz de la cuestión, el que más pueda favorecer a la maquinaria administrativa, a la organización de un sistema de trabajo en el que están incluidos tanto los funcionarios como los corporativos. Y encadenar la actividad de los últimos a la de los primeros, en todo momento, es siempre signo de buen hacer».

En una hora

La víspera, el 31 de marzo de 1970, se había celebrado un Pleno ordinario en el Ayuntamiento donostiarra. A pesar de tratarse bastantes puntos, hubo pocas intervenciones (recuerden que aun estábamos en el franquismo) y en una hora se despacharon todos los asuntos. Se levantó la sesión a las ocho de la tarde (en los tiempos de Izagirre hubo plenos intensos que se prolongaron hasta las dos de la madrugada).

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Por cierto, que entre los asuntos aprobados aquel día estuvo «el proyecto de modificación y mejora del tendido de tubería para abastecer de agua potable al sector de Bidebieta, tendido afectado por las obras de la variante de San Sebastián, con un presupuesto de 553.889 pesetas».

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