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Como un precedente muy lejano de San Sebastián Gastronomika, en los años 70 se celebró en nuestra ciudad el Salón de la Alimentación, gemelo del ... Salón de la Elegancia, dedicado aquel a la moda.
En el Salón Sindical de la Alimentación, Nutrición y Gastronomía (tal era su denominación completa) se montaba una feria de productos relacionados con la cocina en los salones de los bajos del Ayuntamiento, al tiempo que se organizaban diversas catas, cenas y concursos culinarios.
Hace cincuenta años se estaba celebrando la sexta edición del Salón de la Alimentación. De su programa, llamó la atención la celebración de una 'Gran Cena Medieval' castellana, que tuvo lugar una noche como la de hoy. En la edición de DV del 13-IX-1974 informaban sobre ella...
«Con la solemnidad propia de la gastronomía castellana tuvo lugar ayer, a las nueve y media de la noche, la 'Cena Medieval' que, organizada por el VI Salón Sindical de la Alimentación, Nutrición y Gastronomía, tuvo lugar en la Cofradía Vasca».
«El mesonero mayor de Villalcázar de Sirga (Palencia) acompañado de todo su séquito ofreció unos suculentos platos típicos de su tierra que deleitaron a todos los presentes».
«Al final de la misma –continuaban hace medio siglo– se procedió a la lectura del fallo del concurso literario Premio San Isidro, instituído por la Cámara Sindical Agraria para potenciar cualquier ensayo, poesía, teatro, etcétera, en euskera, que verse sobre tradiciones y costumbres del campo guipuzcoano. Resultó ganador José Ramón Erausquin Lujambio del caserío Gazteluene, de Alza, por su ensayo 'Aien munduko txanda'».
Aquella 'Gran Cena Medieval' cocinada en la Gastronómica por el equipo de Pablo, mesonero mayor de Villalcázar de Sirga, atrajo a muchos curiosos. Abonaron 1.500 pesetas por degustar un menú que evocaba el yantar de la Edad Media.
Tras una degustación de jamón, cecina, morcilla, «tortilla española» y queso regada con vino, los comensales dieron cuenta de un «cuenco de más pan que carne» (así venía descrito en la carta, en un estilo que nos recuerda al Lazarillo de Tormes) y de una buena ración de lechazo asado. Como postre, frutas «y otras golosinas de la tierra», así como una copita de licor del peregrino.
El Salón de la Alimentación tenía especial éxito cada día a las 8, cuando en los stands de los bajos del Ayuntamiento se ofrecían degustaciones gratuitas.
Por ejemplo, un día de 1974 eran productos de pastelería, «ofrecida por la Agrupación Sindical de Confitería, con la colaboración de las casas Maiz, Gloria, La Estrella y Rich» (cómo añoramos aquellas históricas pastelerías donostiarras) y otro, una cata de quesos, por gentileza de la Agrupación de Cosecheros de Sidra.
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