La calle de la memoria

1974 | Los piojos se extienden rápidos porque «van en autobús»

«Estos días no hacemos más que leer y oír informaciones sobre una epidemia de piojos. Parece mentira que a estas alturas, en las que la higiene y las medidas sanitarias están a pleno rendimiento, puedan aparecer en forma masiva estos repelentes bichejos. Pero el hecho es cierto».

El texto del diario aparecía sin firmar, pero sabemos un detalle sobre su autor: era calvo...

«Escribimos con un cierto aire de superioridad, ya que estamos exentos de la plaga porque los bichitos resbalarían irremisiblemente, se encontrarían como un vendedor de bufandas en el desierto, sin un arbolito donde cobijarse. Nuestra cabellera brilla por su ausencia, mejor dicho, nuestro cuero cabelludo».

Si ahora asociamos la propagación de los piojos a las aulas, hace medio siglo la achacaban a los medios públicos de transporte (y hasta acusaban feamente a los emigrantes, en fin)...

«Comentaban dos comadres y decía una de ellas: 'Hay que ver con qué rapidez llegan a todas partes', y le contestaba la otra: 'Toma, como que van en autobús'. Porque, según afirma quien tiene motivos para saberlo, la transmisión de estos parásitos a los colegiales, donde la plaga se ha extendido, se atribuye al empleo de los autobuses de transporte escolar de ciertos emigrantes que no se caracterizan por su aseo personal, y los van dejando en cortinillas y respaldos de los vehículos, y luego los colegiales se ven atacados por ellos, no por los emigrantes, sino por los parásitos».