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La calle de la memoria
1974 | Sopas de ajo y bocadillos de polloSe siguen tomando sopas de ajo para recobrar fuerzas y asentar el estómago durante la madrugada festiva? Sabemos que en algunas sociedades continúan haciéndolas, pero ... nos tememos que las nuevas generaciones comen cualquier cosa menos las tradicionales sopas de ajo.
En la edición de EL DIARIO VASCO del 22 de enero de 1974 apuntaban que «la madrugada del día de San Sebastián se caracterizó por el clásico plato de la sopa de ajo. Fue la vitamina clásica que reforzó el ambiente e hizo más asequible la espera a la hora de las primeras tamborradas».
A las primeras tamborradas del turno madrugador, se entiende, después de haber pasado la primera gran noche. En esas horas en que flaqueaban las fuerzas, también hubo quien se metió entre pecho y espalda un buen bocadillo de pollo...
1974
«La madrugada del día de San Sebastián se caracterizó por el clásico plato de la sopa de ajo. Fue la vitamina clásica que reforzó el ambiente e hizo más asequible la espera a la hora de las primeras tamborradas», escribían hace cincuenta años
«Hubo sociedad –escribieron en 1974– que a partir de las dos de la madrugada sirvió más de ciento cincuenta bocadillos de pollo, a medio pollo por bocadillo, a un precio asequible. De haber querido, hubieran vendido una granja de pollos».
Nos quedamos sin saber que sociedad era ni detalles sobre aquellos bocadillos que imaginamos enormes. Entre otros años en que la fiesta había coincidido con estados de excepción y el siguiente, que sería el primero sin el dictador Franco, la edición de 1974 tuvo algo de tregua festiva, a la que contribuyó la coincidencia de que el 20 de enero cayera en domingo.
En nuestro diario escribían con entusiasmo: «La jornada de la víspera fue extraordinaria. Y el ambiente, como pocas veces recordamos. Los restaurantes y bares trabajaron al tipe, y el intentar hallar una mesa la noche del sábado fue tan ingenuo como librarse de un empujón –o siete– en la vieja Plaza del 18 de Julio, a las doce de la noche. Estaba el evocador recinto pleno».
En aquella izada de banderas de 1974 se registró una novedad. Joshé Aldanondo es sustituido como tambor mayor por Manolo Múgica, que permanecerá dos décadas al frente de la tamborrada de Gaztelubide.
Si Gaztelubide empezó a lo grande, la Unión Artesana, con la arriada, no se quedó atrás...
«Intervino la espectacular tamborrada de la Unión Artesana, que inundaron el ambiente de alegría donostiarra, y cumplieron su cometido tradicional con enrome acierto y ritmo musical (...). Llegará, no tardando muchos años, a tener la tamborrada del día 20 la misma importancia que la del día anterior. Por falta de público no quedará», vaticinaban con buena vista hace cincuenta años.
Entre medias, mucha tamborrada, mucha sopa de ajo y la imposición del Tambor de Oro al director de orquesta Rafael Frühbeck de Burgos y al presidente de la federación ciclista Luis Puig. En la Tamborrada Infantil, la incorporación de la compañía de María Reina elevó el número de participantes hasta los 1.700.
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