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La calle de la memoria
1978 | La estación que pudo haber bajo la torre de AtochaEs curioso que tantos años después y tras barajar diversas ubicaciones, la nueva (e insuficiente y asfixiante desde el primer día) estación de autobuses donostiarra ... su ubicara bastante cerca de la torre de Atocha. Decimos que resulta curioso porque en el proyecto inicial del alto edificio estaba previsto que en sus sótanos se ubicara la estación.
La torre de Atocha recibió a sus numerosos inquilinos a finales de 1973. Con sus 70,45 metros de altura, la edificación más alta de la ciudad. Aparte de romper la línea de construcción de la ciudad y ser cuestionable estéticamente, la torre tuvo algo de frustrante. El proyecto inicial preveía en su última planta un restaurante panorámico y un acuario de los que nunca más se supo, y en la parte de abajo lo que se esperaba fuese un gran y atractivo centro comercial. Además, incluía en su sótano esa necesaria estación de autobuses nunca llevada a cabo, pero que ya empezaron a reclamar en octubre de 1978.
Lo leemos en EL DIARIO VASCO del 6 de octubre de 1978, cuando aún mantenían unas pocas esperanzas de que la terminal de autobuses se ubicara algún día allí.
1978
«Somos así de forofos los donostiarras, que nos permitimos el lujo de mantener cerrado un local municipal, al que el Plan General de Ordenación un día le asignó el papel de Estación de Autobuses», bajo la torre de Atocha
«En esta Torre, en su terraza, se iba a situar un estanque con peces de colores, y abajo, junto a la mole de cemento, la Estación de Autobuses. Ni lo uno ni lo otro será realidad. Ni la escalera de emergencia, que edificios de estas alturas parecen estar obligados a llevar. Sólo diremos que parece, pues suponemos que el arquitecto autor del proyecto tomaría las medidas de seguridad suficientes (...)».
«Donde tampoco podemos entrar es en el sótano. Trece mil y pico de metros cuadrados esperan el proyecto que verifique tan amplio local, auténtico banco de roedores, que otorgue cometido práctico al mismo».
«Somos así de forofos los donostiarras –continuaban hace 45 años–, que nos permitimos el lujo de mantener cerrado un local municipal, al que el Plan General de Ordenación un día le asignó el papel de Estación de Autobuses, contando con la construcción de la autovía de Loyola, del derribo de no sabemos cuántos árboles, la desaparición del campo de fútbol, el Mercado de Frutas, el Hospital Militar y el mamotreto de Iztueta, además de no sabemos cuántas cosas más a tocar, hasta llegar a Duque de Mandas».
Es curioso que muchos de esos cambios se acabarían haciendo décadas después, pero no en 1978, cuando apuntaban que «la revisión del Plan General suponemos contemplará todos estos problemas, temas a plantear en mesa redonda. Quizás, quién sabe, todo ello pueda un día llevarse a cabo, con el complemento de derribar la Estación del Norte, a cambio de hacer subterránea su entrada y salida de nuestra ciudad. Quizás todo ello pueda llevarse a cabo un día».
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