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1963 | Bereciartúa, el primer obispo guipuzcoanoLo destacaba DV en su primera página el 8 de agosto de 1963: «El Santo Padre, según una noticia difundida por la Radio Vaticana en ... su emisión en lengua española, ha nombrado obispo de San Sebastián a monseñor Lorenzo Bereciartúa Balerdi».
La noticia que saltó en pleno verano supuso una alegría para la comunidad católica puesto que Bereciartúa iba a ser el primer obispo guipuzcoano de la Diócesis de San Sebastián. Él había nacido en Bidania el 28 de febrero de 1895, mientras que su predecesor, Jaime Font Andreu, que había encabezado la diócesis donostiarra tras su constitución, procedía de la localidad barcelonesa de Vich.
Formado en Vitoria y Comillas, Lorenzo Bereciartúa había sido obispo auxiliar de Zaragoza desde 1946 y fue consagrado obispo de Sigüenza-Guadalajara en julio de 1955, plaza que ocupaba cuando Pablo VI, que apenas llevaba unas semanas como Papa, decidió nombrarle cabeza de la diócesis donostiarra.
1963
Jaime Font había fallecido en febreroy desde entonces permanecía vacante el cargo de obispo de San Sebastián. Ya en agosto se supo por fin el nombre de su sucesor, Lorenzo Bereciartúa Balerdi, entonces obispode Sigüenza y natural de Bidania
Eran otros tiempos y otro estilo. Hoy nos puede llamar la atención el párrafo que le dedicó nuestro periódico hace sesenta años...
«La noticia del nombramiento como obispo de San Sebastián de monseñor Bereciartúa nos llena de gozo como guipuzcoanos y periodistas católicos. El nuevo pastor de la Diócesis de San Sebastián encontrará en su Diócesis guipuzcoana ese sentido de fidelidad a la Iglesia y espíritu universal del que han hecho gala en sus empresas los mejores hombres del pueblo vasco. El lo sabe bien y sabe también que puede contar con nuestro periódico como órgano fiel al servicio de la Iglesia».
Las cosas eclesiales iban entonces, aún más que ahora, despacio. Si Jaime Font había fallecido y dejado vacante el obispado el 13 de febrero de 1963, hasta julio no tantearon a Bereciartúa y fue el 7 de agosto cuando se comunicó el nombramiento de su sucesor.
En los siguientes días no hubo noticias, hasta que Antonio Castillo de Urberuaga le localizó en Betelu, consiguió hablar con él y DV publicó la entrevista el 20 de agosto. En ella reconocía el obispo en ciernes: «He estado huyendo de ustedes y estaba muy contento hasta ahora porque, a pesar de haber estado en San Sebastián y Fuenterrabía un par de veces, ningún periodista me había localizado».
Bereciartúa, en cuyo mandato se introduciría el euskera en la liturgia, apuntó entonces que «es natural que ame a mi patria chica, como amo a mi patria grande. Dentro del ámbito sacerdotal he logrado compenetrarme siempre con los hombres de las distintas provincias donde Dios me ha llamado a servir».
Tomaría posesión de su cargo el 30 de agosto de 1963. Sería obispo de los guipuzcoanos hasta su fallecimiento en octubre de 1968. Le sucedería Jacinto Argaya.
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