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Se imaginan 32 chuchos capturados por no llevar bozal y ladrando nerviosos en la Alcaldía? Hace un siglo no ocurrió exactamente eso, pero sí que ... fueron denunciados en un día los propietarios de 32 perros que no acababan de acostumbrarse a cumplir la norma y cubrir la boca de sus mascotas.
Encontramos el dato de la avalancha de multas en la edición de 'El Pueblo Vasco' de hace cien años. En el normalmente abultado capítulo de «denunciados» incluían también a un hombre «por haber blasfemado». Mejor leemos toda la sección de aquel 13 de mayo de 1923...
«Denunciados.– A la Alcaldía fueron ayer denunciados:
- Los dueños de treinta y dos perros por no haberles puesto a éstos el correspondiente bozal.
- Varias vendedoras ambulantes de pescado por estacionarse en la vía pública con su mercancía.
- Un individuo por haber blasfemado.
- El conductor de un automóvil por llevar dirección contraria por la parte vieja de la ciudad.
- El conductor de otro automóvil por haber hecho sonar su claxon».
Pese el escaso tráfico que había hace un siglo, el lío que se montaría con aquel automóvil circulando en dirección contraria...
1923
«En Igara, un perro que ofrecía mal aspecto, fue muerto de un tiro y sepultado». El breve suceso se produjo el mismo día en que fueron multados los propietarios de 32 canes «por no haberles puesto el correspondiente bozal»
Las mascotas estaban bajo el foco en mayo de 1923. Además de los 32 perros detectados sin el preceptivo bozal, un chucho y un gato protagonizaban dos sucesos que 'El Pueblo Vasco' contaba con una capacidad de síntesis irritante.
«Mordido por un gato.– Un muchacho fue mordido por un gato, el cual fue recogido y llevado al Laboratorio para someterlo a observación».
«Perro muerto.– En Igara, un perro que ofrecía mal aspecto, fue muerto de un tiro y sepultado».
Imaginamos que el miedo a que los animales transmitiesen enfermedades estaría detrás de estos casos, aunque desde la sensibilidad actual se nos haga brutal que por tener «mal aspecto» pegasen un tiro a aquel pobre perro de Igara.
Entre los sucesos que publicaba 'El Pueblo Vasco' el 13 de mayo de 1923 había también uno referido a un pequeño hurto y otro sobre una colisión. El del hurto nos hace imaginar las figuras de unos pillos al estilo de los viejos tiempos.
«Ladronzuelos detenidos.– Fueron detenidos dos muchachos de doce años por sustraer dos kilos de cacao de un almacén de ultramarinos de la calle de Igentea, dándose luego a la fuga. Perseguidos, pudieron ser detenidos, siendo conducidos al Gobierno civil».
«Choque.– En el cruce de las calles de San Marcial con Easo chocaron el automóvil 2.189 de esta matrícula y un coche de punto, resultando los dos vehículos con desperfectos. Tres viajeros que ocupaban el coche, al ocurrir el choque huyeron». ¿Por qué lo harían?
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