Mentes brillantes, mentes turbadas
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA ·
No es oro todo lo que reluce en la función cerebral de científicos geniales. Algunas mentes brillantes caen en brazos del negacionismo pseudocientíficoSecciones
Servicios
Destacamos
EL ÁRBOL DE LA CIENCIA ·
No es oro todo lo que reluce en la función cerebral de científicos geniales. Algunas mentes brillantes caen en brazos del negacionismo pseudocientíficoCuatro científicos han merecido el Premio Nobel en dos ocasiones. Marie Curie tuvo el mérito añadido de ser mujer, un obstáculo casi insalvable en la carrera científica de la época. John Bardeen lo ganó en la categoría de Física en ambas ocasiones y Fred Sanger ... hizo lo propio en Química por sus descubrimientos sobre el ADN. Linus Pauling es el más ecléctico de los cuatro personajes: ganó el Nobel de Química y, años más tarde, el de la Paz por su beligerancia contra la guerra nuclear (valga el irónico juego de palabras). Además, su aportación a la definición de la estructura del ADN estuvo a punto de valerle un tercer galardón. Entonces la vitamina C y el cáncer de su esposa se cruzaron en su camino. Comenzó sugiriendo el valor de megadosis de vitamina C como profilaxis del catarro. El cirujano E Cameron le mostró los datos preliminares sobre el efecto positivo de la vitamina C contra el cáncer que le convencieron para impulsar un ensayo clínico. El resultado fue negativo. No obstante, Pauling se mantuvo en sus trece en su cruzada particular. Puso su prodigioso arsenal cognitivo racionalizador, buscador de justificaciones y argumentos, al servicio del autoconvencimiento. Pauling no actuó con deshonestidad intelectual ni ganó nada con su lucha partisana. Es más, su prestigio se vio dañado cuando el ensayo fue considerado uno de los más sesgados en la investigación del cáncer. A pesar de todo, Pauling es una estrella del firmamento científico, un gigante a cuyos hombros progresó la Ciencia. La historia del virólogo francés Luc Montaigner, padre del virus del SIDA junto con Robert Gallo, guarda cierta semejanza. Tras mantener una fuerte disputa con Gallo por la autoría del hallazgo, Montaigner se convirtió en un firme defensor de la hipótesis del recuerdo molecular en el agua, base de la homeopatía. Hasta su reciente muerte fue aclamado por negacionistas antivacunas que lo exhibían como aval de sus ideas. Ya ven que no solo Carlos III es un vendedor de aceite de serpiente. Otros galardonados han dado muestras de que no es oro todo lo que reluce en su mente y su vida. Muchos pertenecen al ámbito de la cultura y sus excentricidades se aceptan con más facilidad, pero hasta una docena de científicos laureados han abrazado ideas pseudocientíficas como eugenesia, telepatía, astrología, herbalismo, sincronicidad, fusión fría, terapias sin fundamento para el autismo o la negación de que el VIH causa el SIDA. Sorprende que olviden y desprecien el estricto método científico. Un hallazgo científico puede partir de una intuición o hipótesis extravagante, pero lo que define a la ciencia es su método que la confirma o refuta de un modo empírico.
Entonces, ¿ser una lumbrera no es suficiente? Las personas con un alto cociente de inteligencia (CI) se adhieren menos a creencias irracionales, aunque un estudio en superdotados mostró que el 44% creen en astrología y 53% en extraterrestres. El CI mide capacidades cognitivas básicas, como la memoria a corto plazo, el lenguaje o la velocidad de ejecución de una tarea. La racionalidad, en cambio, moviliza competencias de razonamiento y lógica. Hay rasgos de la personalidad que favorecen la racionalidad: curiosidad, afán por conocer la verdad y humildad. Ser reflexivo con mente abierta y flexibilidad cognitiva para dudar, aceptar que no se sabe una cosa y cambiar de opinión ante la evidencia son síntomas de poseer un excelente pensamiento crítico. Sin olvidar la necesidad de tener nociones básicas de estadística.
Estas historias dejan tres enseñanzas: 1.- Inteligencia y racionalidad transitan por senderos diferentes, aunque comparten elementos. La racionalidad podría definirse como el manejo inteligente, lógico y con capacidad crítica de toscas reglas generales; 2.- Nadie está libre de los sesgos cognitivos y del ruido que afectan al proceso de razonamiento, pensamiento crítico y argumentación lógica y 3.- Ganar el Nobel no garantiza el equilibrio entre función cognitiva y emocional. Su inclusión en equipos científicos consolidados a veces desbarata la convivencia.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Las zarceras tras las que se esconde un polígono industrial del vino en Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.