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Salas blancas. Operarios de Bexen Medical trabajan en los espacios de ambiente controlado donde fabrican sus productos. USOZ
Mascarillas de Hernani para evitar depender de China

Mascarillas de Hernani para evitar depender de China

Una empresa hernaniarra se convertirá en la fábrica de máscaras quirúrgicas más grande del Estado

Viernes, 3 de abril 2020, 06:22

Fabricar 60 millones de mascarillas quirúrgicas en los próximos seis meses, a razón de 10 millones de unidades por mes. Es el encargo que ha recibido por parte del Gobierno central la firma guipuzcoana Bexen Medical, la marca con la que trabaja la cooperativa Oiarso y que se ha situado en la vanguardia de la fabricación de material médico. Un pedido con el que las autoridades sanitarias pretenden «ya no solo superar la situación generada por el coronavirus, sino en lo sucesivo no depender de China para hacerlo de un fabricante nacional», explica el director gerente de la empresa hernaniarra, Carlos Arsuaga.

Los primeros contactos entre la Agencia Española del Medicamento (AEM) y la cooperativa que pertenece a la Corporación Mondragon se remontan al 13 de marzo, un día antes de que se decretara el estado de alarma en el país. Entonces, ya llegaban los primeros ecos de las protestas de los sanitarios por la escasez de material de protección adecuado para atender a los pacientes afectados por Covid-19.

A Bexen Medical, que es pionera en equipos de biorepositorios, donde pueden conservar tejidos hasta 198 grados bajo cero, se le trasladó que la urgencia de la propuesta era «impresionante» por la dependencia que tienen los países europeos de la producción china. También porque el mercado se había convertido en «una sangría», después de que los precios de las materias primas se multiplicasen «por 10, por 15 y por 30».

El primer hándicap con el que se encontraron en Oiarso para atender la propuesta no era menor. Esta cooperativa fabrica desde hace 42 años productos hospitalarios de un solo uso, pero las mascarillas no se encontraban en su catálogo anterior a la crisis sanitaria. «Con todo, les dijimos que estábamos dispuestos a poner a su disposición nuestra experiencia, y también nuestras salas blancas -los espacios de ambiente controlado donde se fabrican este tipo de productos-», cuenta Arsuaga.

Oiarso no tuvo que ir muy lejos para encontrar la solución. Lo hizo dentro de la propia Corporación y para ello contactó con la también guipuzcoana Mondragon Assembly, que fabrica en China máquinas para producir, y a la que encargaron cuatro equipos. De uno se hará cargo el ministerio de Defensa y, probablemente, se instalará en Burgos, mientras que los otros tres están destinados a la empresa de Hernani.

Pendientes de que se firmen todos los convenios y autorizaciones administrativas locales y chinas para que la maquinaria llegue a Gipuzkoa -se prevé que en torno al 15 de abril esté lista para su traslado en un avión de carga del ejército español desde el país asiático-, el trabajo en la cooperativa «es intenso» mientras se adecuan y dejan las salas blancas en condiciones para hacer frente a una producción que convertirá a Bexen Medical «en la mayor planta fabril de mascarillas de España».

Un mercado complejo

Las máscaras que van a producir en Oiarso son quirúrgicas, tipo 2R (superiores a las EPIs), y tienen tres capas, lo que equivale «a la mayor protección dentro de este producto». Para su confección son necesarios cuatro tipos de materiales, de los cuales uno -Meltblown, que se coloca en la capa intermedia de las tres con las que cuenta la mascarilla- resulta «muy, muy difícil de encontrar». Hay proveedores en Rusia, «pero las autoridades rusas no permiten la salida de esta materia prima, en previsión de que la necesiten ellos»; en Turquía y «especialmente» en China, donde prácticamente se concentra toda su producción, lo que complica las opciones de disponer de la cantidad necesaria.

Frente a las dificultades que ofrece el mercado, Oiarso cuenta con un equipo de seis personas que trabaja «noche y día» con los posibles proveedores. Los datos que maneja Arsuaga le hacen ser optimista y señala que, «si todo va bien», previsiblemente a finales de este mes su empresa podrá empezar a producir mascarillas al máximo de su capacidad. «El nivel de producción de las tres máquinas se sitúa entre 330.000 y 340.000 mascarillas al día, lo que al mes supondría los diez millones de unidades que se nos han encomendado», apunta el director gerente.

Para que las máquinas estén a pleno rendimiento será necesario establecer «tres o cuatro turnos» de trabajo, lo que provocará que se generen «entre 20 y 25 nuevos puestos de empleo».

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