

Secciones
Servicios
Destacamos
Medio centenar de mujeres se han concentrado este domingo a mediodía frente a la puerta de la catedral del Buen Pastor de San Sebastián para ... reclamar igualdad dentro de la Iglesia católica. Todas las asistentes presumen y están «orgullosas» de colaborar activamente dentro de sus parroquia. Había catequistas, voluntarias de asociaciones, educadoras, encargadas de la limpieza, teólogas... y todas, tras la pancarta, mostraron «la firme convicción» de que la institución de la que forman parte debe dar un paso adelante a favor del papel de la mujer. La de Donostia era una de las 26 concentraciones que se celebraron en distintas ciudades del Estado. Y el momento elegido ha sido a la hora de la salida de la misa dominical.
«Reclamamos voz y voto en los órganos de decisión de la estructura de la Iglesia», se podía escuchar en el manifiesto que suscribían todas las asistentes. «Basta ya de ser invisibles, de que se nos trate con condescendencia, como si fuéramos menores de edad. Basta ya de una imagen de Dios exclusivamente masculino».
Hilaria Pagazaurtundua
Detrás de la pancarta con el lema 'Bedintasuna egia bihurtu arte' (Hasta que la igualdad sea una realidad) se encuentra Mari Cruz Balerdi, que se define como «madre de familia, creyente y siempre vinculada a nuestra parroquia». Tiene una queja: «siempre los que mandan son ellos». «Si las parroquias han salido adelante es por las mujeres. Y siempre que queremos hacer algo, o que proponemos alguna actividad o hacer algo de otra manera tenemos que contar con el visto bueno de ellos. Solo podemos obedecer, no tenemos autoridad para poder hacer sin la opinión del pastor», se lamenta. «Y eso es lo que pido: igualdad. Yo no quiero ser sacerdote», aclara.
Junto a ella su amiga Hilari Pagazaurtundua defiende el papel de las mujeres en la Iglesia de hoy en día. «Somos mayoría. Te diría incluso que somos casi las únicas que faltamos por irnos de ella porque la siguiente generación no está», se lamenta. «Por eso pedimos el derecho a la palabra y el derecho al voto», reivindica. «Eso conlleva que si una mujer quiere ser sacerdote que lo pueda ser. ¿Por qué no? Dios dijo que hombres y mujeres somos iguales. Sería una auténtica revolución pero es posible. La Iglesia anglicana ya tiene una obispa que ha estado de tú a tú con los cardenales en Roma, debatiendo como una más. ¿Por qué en esta Iglesia no?», se pregunta. «Mi generación fue la que abrió una autopista y en la sociedad la mujer tiene que pagar un peaje y más aún en la Iglesia, y eso hay que cambiarlo».
Laura Flores
Laura Flores se aferra a la esperanza de que las cosas cambien. «Soy cristiana así que la ilusión la mantengo. Nosotras muchas cosas no las veremos pero estamos plantando las semillas para las futuras generaciones», manifiesta. «Es verdad que hay algún movimiento como que se cuente con mujeres como consultoras en reuniones de carácter importante, pero no tienen derecho a voto. El ser mujer nos minimiza e invisibiliza. Podemos ayudar, colaborar pero no podemos decidir y esto tiene que cambiar».
La de este domingo fue el primer encuentro y aseguran que mantendrán su reivindicación «hasta que la igualdad se haga costumbre», indica Carmen Alba, una de las organizadoras de Emakumeen Aldarria. «La base de la Iglesia de hoy en día es la mujer, su participación es innegable. Ser sacerdote no es una de nuestras prioridades, queremos empezar con poder tener voz y voto dentro de las estructuras de la Iglesia», dice. Alba deja claro que están a favor de la Iglesia católica. «Que nadie se nos ponga en frente porque esta es nuestra casa y no vamos a dejar de trabajar en ella. Lo único que queremos es que se cuente con nosotras para todo. Y esto no va a parar».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
No te pierdas...
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.