José Ignacio Munilla se despide de San Sebastián

Tras doce años como obispo de la diócesis de San Sebastián, José Ignacio Munilla se despide de los feligreses esta tarde en la catedral del Buen Pastor. A las seis oficiará su última misa como cabeza de la iglesia católica en Gipuzkoa.

Su nuevo destino será Orihuela (Alicante), donde tomará posesión de su nuevo cargo el próximo domingo y donde la tradición marca que haga su entrada en la localidad a lomos de un burro. Hasta esa fecha, si desde Roma no se realiza ningún nombramiento, será el administrador diocesano de San Sebastián.

Se desconoce cuál será el futuro nuevo obispo de Donostia. El último nombre que se dio a conocer como candidato fue el claretiano Fernando Prado, bilbaíno de 52 años, profesor de Teología y que estuvo en la parroquia del Corazón de María del barrio donostiarra de Gros durante dos años. Antes, cuando se confirmó la marcha de Munilla a mediados de diciembre, también sonaron como posibles sucesores dos jesuitas vascos.

Hasta que se produzca el relevo en el obispado, Roma deberá nombrar un administrador diocesano que se haga cargo de las labores de la diócesis hasta contar con el obispo titular. Tiene de plazo hasta este próximo sábado, cuando finalizará el vínculo de Munilla con Gipuzkoa. No hay establecido un tiempo máximo para el nombramiento de un obispo. La designación del nuevo prelado de La Rioja se ha demorado durante dos años.

La consagración del futuro obispo donostiarra dependerá de cual sea su situación anterior dentro de la Iglesia. Si la persona que ocupe el cargo ya es obispo y, tan solo cambia de sede, se realiza una misa de consagración para la toma de posesión de su cargo. Si se trata de un sacerdote, en la misa habrá un doble ritual, primero será consagrado obispo y luego tomará posesión de su cargo. Donostia carece de una tradición específica a la hora confirmar el cargo del nuevo prelado como es el caso del destino de Munilla.

El todavía obispo de San Sebastián aseguró al conocer su nuevo destino en Alicante que acogía el nombramiento «con ilusión» y se quiso desmarcar de las voces que aseguraban que su marcha confirmaba un nuevo giro en la Iglesia de Euskadi y Navarra. En su primera intervención tras conocerse su marcha ya advirtió a su feligresía que no se dejase «contaminar por lecturas interesadas. No importa el nombre del obispo que venga, lo que importa es que es un ministro de la Iglesia».

José Ignacio Munilla fue nombrado sacerdote en 1986 por el entonces obispo José María Setién. Ejerció como sacerdote 20 años en Zumarraga y en 2006 fue nombrado obispo de Palencia con 44 años, entonces el prelado más joven de España, y donde estuvo tan solo 3 años. En enero de 2010 fue nombrado obispo de San Sebastián tras la jubilación de monseñor Uriarte. Ya entonces recibió las críticas de gran parte del clero guipuzcoano y del nacionalismo vasco.

Su mandato se ha caracterizado por un perfil controvertido. Su visión conservadora en temas como el sida, el aborto o la homosexualidad no dejaron indiferente a nadie. Uno de sus momentos más delicados lo vivió en 2017 cuando su vicario de confianza, Juan Cruz Mendizabal, 'Kakux', fue acusado de tocamientos sexuales a dos menores.

Sus defensores han destacado en este tiempo su capacidad de trabajo y por culminar la reforma de la diócesis donostiarra.

• Temas
• Iglesia católica
• José Ignacio Munilla