El obispo de San Sebastián reordena su diócesis y nombra a Mikel Aranguren nuevo vicario general

De los nombramientos conocidos este viernes de forma oficial desde el Obispado de San Sebastián destaca que el pasado día 1 fue designado nuevo vicario general del Obispado de San Sebastián Mikel Aranguren, uno de los párrocos de la iglesia de San ignacio, en el barrio donostiarra de Gros. Sustituye en el cargo a Juan Mari Olaetxea, que cumple 74 años y, precisamente, quedará adscrito a esa parroquia, donde ejercerá de párroco Sabino Aizpitarte Mendia.

Nacido en Azpeitia en 1978, Mikel Aranguren estudió Administración de Empresas (ADE) en la Universidad de Deusto. Se especializó en finanzas, lo que le permitió trabajar para una empresa como director de compras primero y luego dirigiendo el área de recursos humanos. Además, ha sido miembro de la Banda Municipal de Música de Azpeitia durante dos décadas tocando el saxofón. Destaca que su caserío familiar, Axkiola, que se encuentra a las faldas del monte Izarraitz y cerca del santuario de Loiola, «es el lugar donde nací, crecí y aprendí los valores más importantes de mi vida y al que le estaré eternamente agradecido».

El origen de su vocación como sacerdote se sitúa en un viaje que realizó a Perú como miembro de una experiencia misionera, desde entonces ha visitado ese país en cinco ocasiones. «Allí surgió algo que movió mi interior», destaca.

Mikel Aranguren entró en el seminario con 30 años y se formó durante cinco años entre Donostia, Vitoria, Pamplona y Roma. Guarda un grato recuerdo de aquel periplo, «porque mi itinerario es un poco particular». Define la vocación como «una llamada para aportar mi granito de arena de esperanza y acompañamiento».

El 14 de septiembre de 2015 selló su compromiso con la Iglesia, con Dios y con los «más desfavorecidos» dejando de ser diácono para convertirse en el primer guipuzcoano en ser ordenado sacerdote en los últimos nueve años en la diócesis de San Sebastián. Lo hizo en el transcurso de una ceremonia que tuvo lugar en la catedral del Buen Pastor de la capital donostiarra. «Aquel día me sobrepasó», reconoce. «Acudieron más de un centenar de sacerdotes de diversos lugares y realidades, mi propia familia, así como una importante participación de la vida consagrada; personas religiosas, laicas, comprometidas… Y, además, otros que me he ido encontrando en el camino, como amistades, conocidos… de todos los lugares y sensibilidades. La catedral se llenó. Aquello me impactó. Lo viví con una enorme fuerza. Por una parte, con humildad y sencillez, pero, por otra parte, con una gran profundidad. Ahí sí percibí que la vida del sacerdote significa darse al pueblo en su totalidad. En mi espiritualidad, tengo claro, que mi servicio no es solamente a la Iglesia, sino que a la sociedad en su conjunto».

Se enfrenta a su nuevo reto consicente de que «servir a la Iglesia es servir a la sociedad». Además, tiene claro que sacerdote es «aquella persona que, basándose en la presencia de Jesús y en la Buena Nueva, desde su propia vida y testimonio, ofrece esperanza a la persona sedienta. Alguien que en el servicio y en el amor quiere cimentar y ofrecer su vida, especialmente al lado de las personas más necesitadas».

El nuevo vicario general remarca que «el futuro de la Iglesia está en todas las vocaciones, pero el laicado contará con un lugar decisivo. Tenemos que seguir apostando por su formación, acompañándolo y dándole un importante lugar. El que le corresponde dentro de la Iglesia. Lo cual no sé si muchas veces lo hemos sabido llevar a cabo».

Por su parte, el sacerdote Félix Azurmendi, actual párroco de Azkoitia y que fue muy crítico con la gestión del anterior obispo José Ignacio Munilla, ha destacado a DV que el nombramiento de Mikel Aranguren como nuevo vicario general de Gipuzkoa es fruto de un sondeo que llevó a cabo el obispo Fernando Prado entre el clero y miembros de la iglesia guipuzcoana sobre la persona que podía ocupar ese cargo.

Félix Azurmendi ha recalcado de Mikel Aranguren que «se trata de una persona joven y de gran calidad humana y sacerdotal». Ha subrayado que «tendrá que aprender su oficio junto al obispo y el resto de sacerdotes y es necesario darle tiempo». «Todos tenemos que colaborar, desde el obispo hasta el vicario general, los sacerdotes y los laicos por el bien de la diócesis de San Sebastián», ha concluido.

Otro de los nuevos nombramientos del obispo Fernando Prado Ayuso conocidos ahora y que ha llamado la atención es el de Juan Kruz Mendizabal 'Kakux' como adscrito a la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora, de Beasain, cuyo párroco es Javier Txurruka. Precisamente, ocupó el cargo de vicario general de la Diócesis de San Sebastián entre 2013 y 2016.

El propio Juan Kruz Mendizabal se declaró en su día culpable de tocamientos deshonestos a dos menores en 2001 y 2005. Aunque la Fiscalía archivó el caso al concluir que los abusos cometidos por 'Kakux' (Ormaiztegi, 1963) habían prescrito, Roma aún no ha cerrado un caso que mantiene en una carpeta junto con otros hechos similares bajo la consigna de 'tolerancia cero'. Fue en enero de 2017 cuando el Obispado de San Sebastián reveló que el expárroco de Antzuola y Bergara había sido condenado en un procedimiento eclesial. Fue desterrado de Gipuzkoa y recluido en un monasterio fuera de Euskadi que no trascendió. Meses después, regresó al domicilio familiar en Ormaiztegi para ser tratado de una enfermedad.

No se había visto a Juan Kruz Mendizabal en un acto público con presencia de la prensa hasta que Fernando Prado estuvo arropado en su presentación como obispo de San Sebastián por diferentes religiosos en la catedral del Buen Pastor.

De otro lado, el obispo Fernando Prado Ayuso acudirá a Azpeitia con motivo del día de San Ignacio de Loiola, y presidirá las eucaristías que se celebran en la iglesia de San Sebastián de Soreasu (lunes, 11.00 horas) y la Basílica de Loiola (martes, 1 de agosto, 11.00 horas).