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Los veterinarios se encuentran en pie de guerra. «Estamos atados de pies y manos. No podemos hacer uso de nuestro criterio porque se está primando la burocracia», se queja Francisco Galisteo, presidente del Colegio de Veterinarios de Gipuzkoa. Una legislación que entró en vigor el pasado enero les obliga a notificar «todos los antibióticos que prescribamos o apliquemos a un animal» y les impide «hacer uso de los medicamentos que consideramos más adecuados para las mascotas». Este proceso «puede conllevar a la muerte» de estas, y es tal la situación de «impotencia y frustración» que los veterinarios realizarán hoy un parón –de 10.00 a 12.00 horas– para concentrarse frente a la Subdelegación del Gobierno en Gipuzkoa.
– ¿Cuáles son las consecuencias prácticas de esta legislación?
– Es complejo. La aplicación del Real Decreto el pasado 2 de enero ha sido el desencadenante, porque tenemos la obligación de notificar al ministerio, a través de un programa –Presvet–, todos los antibióticos que apliquemos, que prescribamos o apliquemos a un animal. Estamos de acuerdo con el objetivo, que es reducir el uso de antibióticos, pero el principal problema es que, amparándose en una normativa europea, solo podemos utilizar los medicamentos del grupo D. El grupo A, por ejemplo, es de uso exclusivo en humanos. Si los del grupo D no funcionan, debemos escalar progresivamente a los grupos C y B. Esto ralentiza el proceso, ya que, aunque conocemos qué tratamientos son efectivos, tenemos que seguir este protocolo.
– ¿Se ven obligados a recetar medicamentos que saben que no son los más adecuados o eficaces?
– Exactamente. Nos hacen basarnos exclusivamente en las fichas técnicas de los antibióticos, que están obsoletas. Cuando un laboratorio quiere comercializar un medicamento, tiene que hacer una serie de estudios, presentarlos, y esos estudios que presentan es lo que se llama la ficha técnica, el prospecto. Te puede decir 'su uso es única y exclusivamente para perros con cistitis', porque se ha desarrollado para estos casos. Igual con los años y la experiencia los veterinarios hemos demostrado que este mismo medicamento es bueno para perros con neumonía, o para gatos, pero como no lo pone en la ficha técnica no lo podemos utilizar.
– (...)
– Se nos bloquea el uso eficaz de los medicamentos. A esto hay que sumarle que nosotros no podemos dispensar, solo prescribir, y es el propietario del animal el que tiene que ir a una farmacia a que le den la medicación y aquí se están dando muchas lagunas. En muchos casos se está retrasando la adquisición de los antibióticos por parte de los responsables, bien porque no lo tiene la farmacia o la distribuidora...
– ¿En qué se traduce esto?
– Seguir la normativa actual puede conllevar a la muerte del animal. Estamos atados de pies y manos. Parece que somos delincuentes por recetar medicamentos para asegurar el bienestar del animal. La sensación de impotencia y frustración que tenemos los veterinarios es tremenda, no tienen en cuenta nuestra profesionalidad ni nuestra sabiduría en este campo, se está primando la burocracia antes que el valor técnico que tenemos. Y encima las sanciones, que ya en principio parece que se está trabajando para rebajarlas, rondaban entre los 60.000 y 1 millón de euros.
– Su misión, como la de cualquier otro médico, es la de asegurar el bienestar de las mascotas...
– Esta es otra de las frustraciones, la de tener que demostrar y pedir que se nos considere sanitarios. Tenemos un IVA de un 21%, de lujo, para la atención de animales. Hay responsables que no pueden asumir los costos por una enfermedad que tenga su mascota. Esto es una enfermedad no tratada que puede tener una consecuencia de muerte en un animal, incluso hay casos que un animal puede ser transmisor de una enfermedad. Ya hablaríamos de problemas de sanidad a nivel familiar.
– ¿Cómo se lo toman los responsables de las mascotas?
– Nos están transmitiendo mucho apoyo, pero no lo entienden. No pueden entender que si su mascota necesita ser tratada por algo grave, que se le diga que 'no puedo tratar a tu mascota por una carga administrativa que va en nuestra contra, que me va a convertir en un delincuente'. Es una cosa inexplicable.
– ¿Qué exigen a través de la concentración y el parón?
– Tanto los veterinarios que tratamos con pequeños animales, como los ganaderos que tratan con animales grandes, que también se ven afectados por todo esto y son el pilar de la veterinaria y la salud pública, porque son quienes cuidan el proceso desde la granja a la mesa, tenemos cuatro reivindicaciones: que se priorice el criterio facultativo veterinario, que se reconozca la actividad veterinaria como profesional sanitario, que se permita el suministro del tratamiento completo en la actividad veterinaria y que se reduzca el IVA. También reclamamos a los laboratorios que reactiven las fichas técnicas, que están obsoletas. Se ha visto, sin ir más lejos, cómo la aspirina al principio empezó solo para el dolor de cabeza y ahora se utiliza para muchas cosas...
– A medida que la ciencia avanza, que también lo hagan los prospectos.
– Exactamente. El inconveniente es que cuesta mucho dinero. Y como cuesta muchísimo dinero y el volumen de los medicamentos veterinarios es muy bajo comparado con el de los humanos... Si el único uso, exclusivamente, que le podemos dar es según las indicaciones de la ficha técnica, pues resulta nos están atando de pies y manos. No podemos hacer absolutamente nada porque, si no, somos unos delincuente.
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