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Varias personas se sacan una foto con la mascarilla puesta. michelena
Los ojos de la pandemia

Los ojos de la pandemia

El árbol de la ciencia ·

Las miradas del Covid revelan dolor, tristeza y miedo, aunque también recordamos ojos de alegría, gratitud y esperanza

Domingo, 14 de febrero 2021, 07:53

La mascarilla realza la belleza de los ojos y da un valor especial a la mirada. Mirar a los ojos es beneficioso en tiempos turbulentos. La mirada habla, abraza, acaricia, riñe y mata. Desvela emociones e intenciones, algo básico para movernos en sociedad. Pocas cosas ... influyen tanto en la relación social como la forma de mirar y ser mirado. Aristóteles decía que somos seres sociales por naturaleza y, según la Psicología Evolutiva, la esclerótica, lo blanco del ojo, lo corrobora. Los homínidos dependemos sobre todo de la visión para sobrevivir. Sabiendo donde mira una persona, puede deducirse lo que tiene en mente, al menos una parte de sus pensamientos e intenciones. Por esta razón, el ojo humano tiene una esclerótica blanca y visible (en el resto de los animales la esclerótica es oscura, amarillenta). Así se facilita la comunicación interpersonal. ¿Qué pasa cuando sentimos miedo? Los párpados se abren y dejan ver una mayor superficie de la esclerótica (Con la alegría sucede lo contrario. De hecho, se sonríe con los ojos). Cuando se superponen dos ojos abiertos, con la esclerótica bien visible, a una cara neutra se activan las mismas zonas del cerebro emocional que cuando estamos aterrorizados. Imagine que está hablando con una persona. De repente, el blanco de los ojos de su interlocutor se hace más visible. Esta información llega en milisegundos a los centros reguladores de las emociones en su cerebro, como la amígdala, que se encienden y le hacen sentir una amenaza (que es la que ha provocado miedo en nuestro interlocutor que ha reaccionado abriendo los párpados). Se vuelve y ve que alguien se dirige hacia usted empuñando un cuchillo. Se levanta de un salto como James Bond y desarma a su agresor, evitando así un final sangriento a lo Tarantino. Para que este mecanismo resulte más eficaz, la forma de la cuenca orbitaria también es diferente a la de nuestros ancestros. La morfología del arco superciliar, donde se implantan las cejas, es más suave, menos marcada, permitiendo una mayor libertad de movimiento a las cejas, mayor visibilidad de la esclerótica y mayor capacidad para expresar emociones. Hay programas de inteligencia artificial para identificar el estado emocional en función del movimiento ocular.

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