La biomedicina ha sido decisiva en la covid. No hay más que ver el abnegado esfuerzo del personal sanitario, al principio con gran riesgo de contagio por las escasas medidas de protección disponibles. El médico y músico polaco Andrzej Szczeklik en su hermosísimo libro 'Core' ... dice que médicos y enfermeros se ponen una coraza cuando entran a trabajar para soportar el sufrimiento y la miseria que rodea a la enfermedad. La pandemia ha fundido miles de corazas y las ha convertido en lágrimas de impotencia. Nunca estaremos suficientemente agradecidos. Un reciente informe independiente realizado para la OMS insiste en que falló la previsión y la prevención, y concluye que deberíamos prepararnos para futuras pandemias con una coordinación global y dotando a la Sanidad de los medios adecuados. No pueden volver a ocurrir crisis previsibles ni catástrofes innecesarias. La respuesta de la biotecnología ha sido igualmente destacable. Su misión es generar productos innovadores para patologías incurables. Es ciencia al servicio de la humanidad. La industria biotecnológica se ha volcado a través de la innovación y la cooperación. Transcurrido un año, hay test diagnósticos disponibles para todo el mundo y varias vacunas que ya han salvado millones de vidas. Ha sido un esfuerzo admirable que ha hecho posible lo que parecía imposible, incluso inimaginable. Además, la biotecnología es clave para responder con rapidez y contundencia al siguiente azote viral.

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El fin de los Fondos es modernizar y transformar los países europeos apoyando #a sus empresas

En consecuencia, el mundo biosanitario tiene gran confianza en ser objetivo prioritario de los Fondos Europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. ¿Qué podría hacerse con ellos? El informe del panel de expertos para la OMS ya propone algún destino, en concreto reforzar los sistemas de vigilancia epidemiológica para actuar pronto y de modo coordinado con agencias internacionales. La ciudadanía manifiesta siempre su deseo de mejorar la Sanidad. Al fin y al cabo, la salud es lo que importa y nos hemos sentido muy vulnerables, a merced de un virus. La gente quiere que los aplausos de los balcones se plasmen en actuaciones concretas. La biomedicina reclama más inversión para investigar, primer paso donde se fragua el conocimiento que posteriormente se transforma en test diagnósticos y terapias a través de su transferencia al mercado de la mano de las empresas. El G7 anuncia su propósito de tener de manera permanente las infraestructuras y capacidades suficientes para producir en 100 días millones de dosis de vacunas contra cualquier nuevo virus que amenace al planeta. Hay que estar ahí. Para afrontar este desafío y otros muchos, la industria biotecnológica sugiere dirigir los Fondos a conseguir los objetivos comunes a todo el sector: crecer y ser más competitivo mediante la automatización y digitalización. Es decir, convertir la ciencia en industria.

El tren de la modernidad no volverá a pasar para nuestra biomedicina. Es el momento

El objetivo primordial de estos Fondos es modernizar y transformar los países europeos mediante el apoyo a sus empresas. La biotecnología es un ejemplo de la economía del conocimiento, con productos y servicios de altísimo valor añadido, capaz de generar riqueza, bienestar y empleo de calidad entre los jóvenes, y en especial entre las jóvenes. Es una magnífica oportunidad para dotar al sector biomédico de los medios necesarios para crear un ecosistema fuerte, cohesionado y competitivo que transforme el modelo productivo, retenga el talento y afronte con garantías los próximos desafíos en salud, como el cáncer, las enfermedades minoritarias, las patologías neurodegenerativas asociadas al envejecimiento y las nuevas infecciones y pandemias. Es cierto que hay necesidades sociales que deben ser atendidas con urgencia (pobreza, desigualdad y paro) y sectores que han sufrido más que nadie (turismo, hostelería). También lo es que las energías renovables y la digitalización marcan la senda del futuro. Pero no es menos cierto que el tren de la vanguardia para la biomedicina no volverá a pasar. Es el momento del reconocimiento y la oportunidad para llegar a 2050 en el grupo de cabeza de los países modernos.

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