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El viaducto de Ormaiztegi ahora y, abajo, el general Mola en su reinauguración en 1937. michelena y 'ormaiztegi 1860-1970'

Ormaiztegi, un puente para tocar

Accesibilidad. ·

Alumnos de Goierri Eskola fabrican una maqueta para invidentes del emblemático viaducto al cumplirse 85 años de su reconstrucción

Borja Olaizola

San Sebastián

Viernes, 4 de febrero 2022, 07:12

El viaducto de Ormaiztegi, la obra de ingeniería que conectó a Gipuzkoa con la modernidad a mediados del siglo XIX, será accesible dentro de unos meses a las personas invidentes. El Museo Zumalakarregi ha encargado a los alumnos de Goierri Eskola una maqueta a escala ... 1:100 del puente para que pueda ser percibido mediante el tacto por quienes padecen deficiencias visuales. Es una forma de acercar a todos los colectivos la que es sin lugar a dudas una de las más emblemáticas estructuras del territorio en el año en que además se cumple el 85 aniversario de su reconstrucción.

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El viaducto de Ormaiztegi entró en funcionamiento en 1864. Fue la obra más importante del trazado ferroviario que conectó Madrid con París. «Su construcción supuso una revolución para Ormaiztegi, que de repente se vio 'invadida' por decenas de trabajadores traídos expresamente desde Francia para levantarlo», apunta Mikel Alberdi, historiador del Museo Zumalakarregi. El puente fue un hito tanto por sus dimensiones -289 metros de longitud y 34 de altura- como por su diseño. La estructura de hierro laminado que salvaba el valle del río Eztonda se anticipó a las construcciones metálicas que a partir de la torre Eiffel se multiplicarían por todo el mundo. «Durante años se atribuyó de hecho el viaducto al propio Eiffel cuando en realidad fue obra del ingeniero Alexander Lavalley, que lo diseñó 25 años antes de que se inaugurase la torre de París», puntualiza Alberdi.

Fusilados

El puente se convirtió en un destacado objetivo estratégico durante los enfrentamientos bélicos que han sacudido Gipuzkoa. Si ya durante la Segunda Guerra Carlista fue objeto de un intento de sabotaje que no tuvo éxito, al comienzo de la Guerra Civil fue derribado en una acción llevada a cabo con sopletes por trabajadores de Altos Hornos de Bergara con el propósito de frenar el avance de las tropas franquistas. «Algunos de ellos fueron identificados más tarde por los sublevados y fusilados en las puertas del cementerio de Ormaiztegi», recuerda el historiador.

El Gobierno de Franco se apresuró a reconstruir el viaducto y lo reinauguró con algunas modificaciones estructurales en febrero de 1937 en presencia del general Mola. El puente original fue parte del trazado ferroviario hasta que en 1995 fue sustituido por un nuevo viaducto.

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