![Bilal, el peluquero de los deportistas](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202002/05/media/cortadas/peluquero-kKTC-U10059500470BF-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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Se abre la puerta y Bilal mira a ver quién entra. «Pasa, pasa», se apresura a decir. Las palabras de este joven colombiano de 28 años se mezclan con una música de fondo que varía en función del cliente. «Puedo poner hip hop, reguetón, ... salsa, lo que más te guste», explica. Bilal es así: sonriente y con voluntad de agradar. Maestro de las tijeras y de la maquinilla de afeitar, lleva diez años trabajando como barbero en San Sebastián. Ahora acaba de abrir su propia barbería en Hernani y deportistas como Lucas Eguibar o jugadores del Gipuzkoa Basket y de la Real Sociedad acostumbran a frecuentarla.
No es grande ni pequeña. Tiene el tamaño justo para que los que entren estén a gusto. Puede atender a dos personas a la vez y la tercera puede esperar en un sofá. «Abrimos en diciembre y todavía quedan cosas por poner», se justifica. De un perchero cuelga una camiseta del Gipuzkoa Basket. «Me la trajeron los chicos», cuenta orgulloso. Los chicos, como él los llama, son los jugadores del equipo donostiarra.
La mayoría, por no decir casi todos, han pasado por sus manos. Los 'dégradés' están muy de moda, pero todo empezó con Danny Agdelese. «Me paró un día por la calle y me preguntó dónde me había cortado el pelo. 'Me lo he hecho yo, soy barbero', le respondí», recuerda Bilal. «Desde entonces todos los deportistas que han venido han sido gracias al boca a boca», justifica su éxito. Mikel Motos es uno de ellos. «Es muy trabajor, te coge a cualquier hora y da igual el día que sea», le halaga. El rider Lucas Eguibar no se queda atrás y recuerda que se conocieron «en una peluquería de Amara a la que iba, pero un día cuando fui ya no estaba. Al tiempo, me lo encontré yendo a un partido de la Real y me explicó que estaba trabajando a domicilio asi que retomamos el contacto». Han pasado meses desde entonces y la relación entre ambos se ha ido consolidando. «Tenemos buena amistad, tanta que pasó la Nochevieja conmigo porque estaba solo», relata.
Bilal está contento con lo que ha conseguido y se muestra ambicioso con lo que está por venir. Se siente un guipuzcoano más y no se plantea volver a su país. «Vine a buscarme la vida y por ahora me va bien», asegura. Su interés por este oficio nació en las calles de Medellín. Allí, siempre que podía se fijaba en su barbero, de quien aprendió parte de lo que hoy sabe. A posteriori, se formó y vino a San Sebastián a probar suerte. No le resultó difícil dar el paso ya que parte de su familia residía en España.
Le gustan todos los deportes y se alegra con cada triunfo de sus clientes, que se han convertido en amigos. «Tengo una buena relación con ellos y me pongo contento cuando ganan», confiesa. Por su trabajo ha tenido la suerte de conocer a futbolistas de la Real y del Sanse. «El último en venir ha sido Sagnan, pero ahora se ha ido al Mirandés», detalla. Antes, Januzaj, Rulli o Navas también se pusieron la bata roja con logos blancos, característica de su barbería. Cada vez más deportistas confían su estética a este chico que se ha hecho un hueco en este «arte», que empezó en Estados Unidos y que ha llegado hasta Gipuzkoa. «Ahora vienen hombres a acicalarse. Antes no era así, no se le prestaba tanta atención», explica. El porqué de su éxito Bilal lo tiene claro: «Ser detallista con el corte, que confíen en mí y en mi calidad, lo demás viene solo».
De la vieja escuela, le ha costado acostumbrarse a usar las redes sociales, pero ahora lo ve como una oportunidad de conectar con la gente. «Soy más tradicional, no tenía Instagram pero los chicos me dijeron que me hiciera y ahora mucha gente me contacta por ahí para coger hora», explica. Claro que estar presente en redes sociales conlleva subir fotos y atender comentarios y tiempo no le sobra. La barbería, por ahora, no tiene horarios. Depende de cuántas citas tenga. Es parte del negocio. No hay domingo ni festivos. Al revés, «las vísperas de fiestas, o de fechas señaladas como la Tamborrada, Carnavales o un sábado suele venir más gente porque luego se van de fiesta. Con el corte de pelo se puede ligar más», comenta en tono jocoso. Y lejos de los que puedan pensar que solo los jóvenes se preocupan por su pelo también tiene clientes «mayores o madres que traen a sus hijos. Es gracioso porque al principio se suelen asustar cuando ven que les rapamos, pero luego se van satisfechos», zanja.
Y para que la música, sea cual sea, siga acompasando los cortes de 'Bily' Eguibar y Olaizola, entre otros, le han regalado un equipo de música. Pero todavía no ha tenido tiempo ni de instalarlo.
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