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La presencia de un perro bañándose y jugando en el agua no pasó ayer tarde desapercibida por quienes paseaban tranquilamente por la orilla de ... la playa de La Concha. El animal disfrutaba de las olas y corría de un lado hacia otro mientras su dueña contemplaba la escena sin preocupación hasta que la Guardia Municipal se personó para advertirle de la infracción en la que estaba incurriendo después de que hiciera caso omiso a la llamada de atención que le había hecho una socorrista para que atase al perro y lo sacara de la playa. Tras hablar con los agentes, la mujer cogió a su mascota y abandonó la playa.
Durante la temporada de verano, de junio a septiembre, los perros tienen prohibido acceder a los arenales urbanos (Zurriola, Ondarreta y La Concha), que se habilitan para el disfrute de bañistas. Durante el resto del año– 1 de octubre al 31 de mayo– pueden disfrutar de ellos salvo los considerados potencialmente peligrosos (PPPs). En el caso de la isla Santa Clara la prohibición se mantiene durante todo el año. Las sanciones en el caso de hacer caso omiso a la restricción oscilan entre los 300 y los 1.500 euros, y siempre, sea el lugar que sea, los dueños deben recoger las heces.
En el resto de las playas del territorio se permite en franjas horarias concretas al final del día la entrada de mascotas en época de vacaciones. Es el caso de los arenales de Zarautz, Orio, Mutriku y Getaria.
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