Pilar Guesalaga vuelve a disfrutar de los paseos después de haberse colocado una prótesis compartimental.luis mari unciti
Aula de Salud
«Es como si tuviese mis piernas de antes»
Pilar Guesalaga, Paciente del doctor Cuéllar a la que se le colocó una prótesis compartimental en su rodilla izquierda ·
El traumatólogo Ricardo Cuéllar expondrá las ventajas de la prótesis compartimental de rodilla en el Aula de Salud de Policlínica Gipuzkoay EL DIARIO VASCO
Vuelve esta tarde (18.00 horas) el Aula de Salud de Policlínica Gipuzkoa y El Diario Vasco. Como en la última ocasión, el auditorio del Aquarium de Donostia será el escenario de un coloquio que en esta ocasión nos acercará al mundo de la traumatología y sus técnicas. En la última edición, los doctores Izquierdo y Basterretxea nos hablaron de una enfermedad temida como el cáncer de pulmón.
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Esta vez será el equipo del doctor Ricardo Cuéllar el que se acerque al atril para hablarnos de una técnica que probablemente es poco conocida, pero que está dando resultados extraordinarios a los traumatólogos. Hablamos de la prótesis unicompartimental en la rodilla. Es una técnica mínimamente invasiva, dado que sólo sustituye la zona dañada de la rodilla y esto permite una rápida recuperación. El doctor Cuéllar tiene una dilatada experiencia en las intervenciones con esta técnica. Por eso hoy en el Aquarium explicará las bondades de esta intervención a quienes acudan al auditorio del Aquarium o sigan online la charla. Hay que recordar que en la sala se respetarán todas las medidas de seguridad vigentes y que por la actual situación sanitaria se facilitará también una emisión en streaming para seguir la charla a través del canal Youtube de Policlínica Gipuzkoa y de diariovasco.com.
Pero antes de escuchar la opinión del doctor, nos cuenta en DV la suya propia Pilar Guesalaga, paciente de 80 años con artrosis del traumatólogo.
Tras más de 20 años de intensos dolores de rodilla, Pilar fue sometida en Policlínica Gipuzkoa a una intervención para colocarle una prótesis compartimental en su rodilla izquierda.
Fue operada el pasado 3 de septiembre y en sólo 15 días salía a la calle sin ayuda. Recuperó unas sensaciones ya olvidadas al caminar y a sus 80 años se le abre un nuevo horizonte sin un dolor que le ha atormentado durante casi dos décadas y que le condicionaba de manera notable en el día a día.
«Empecé con dolor hace 20 años y tenía unos brotes de artrosis insoportables. Primero calmantes,luego infiltraciones...»
padece artrosis
-¿Cuándo empieza usted a sentir molestias en su rodilla?
-Hace unos 20 años. Cuando tenía 60. Empezó con unos dolores tremendos. Eran unos brotes de artrosis que me hinchaban la rodilla y se me amorataba… Me sentía fatal. Al principio tomaba calmantes y pomadas y luego descubrimos las infiltraciones de factores de crecimiento.
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-¿Eran episodios o eran molestias constantes?
-El dolor lo tenía siempre, pero de vez en cuando me daban unos brotes horrorosos que provocaban que no pudiera ni andar. Por lo demás, eran dolores de reuma llevaderos.
-¿Cómo era el tratamiento de infiltraciones?
-Cada cinco años, aproximadamente, me tenía que hacer en una u otra rodilla, pero la izquierda estaba cada vez peor. La edad también influye y había tenido algunas caídas. El año pasado, el hecho de haber estado encerrados tres meses no me hizo ningún bien. Me volví a caer hace unos meses y no me quedó más remedio que apostar por la prótesis que me hizo el doctor Cuéllar.
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-¿Cómo fue la operación?
-Fantástica. Él me animaba, me decía que iba a quedar muy bien y la verdad es que estoy encantada. Salió todo tal y como él me dijo.
-¿Requirió ingreso?
-Sí. Estuve tres o cuatro días porque en esos momentos estaba muy floja, pero estuve siempre muy bien atendida y muy contenta. No tengo palabras para decir lo contenta que estoy ahora que ya han pasado unos meses desde entonces.
-¿Cómo fue la recuperación?
-Me ponía un poco de hielo por la mañana, después de comer otro poco y en las dos primeras semanas tomaba algún calmante porque tenía un poco de dolor, pero luego ya sientes casi más la cicatriz que cualquier otra cosa.
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-¿Desde cuándo anda con normalidad?
-Enseguida. En casa cogí la muleta al principio, pero iba incómoda y con un bastón me arreglé mejor en esa primera fase, pero enseguida me sobró. A los diez días ya estaba estupenda. Iba despacio y con cuidado de no hacer un mal gesto, pero muy bien. A los quince días ya estaba bajando a dar algún paseíto.
-Se operó el día 3 de septiembre. ¿Cómo se siente ahora que han pasado seis meses?
-Ya ando con total normalidad por la calle. Llevo el bastón de vez en cuando, pero me olvido de él.
«Diez días después de la operación ya estaba estupenda y a los 15 ya estaba dando algún paseíto»
postoperatorio
-¿Cuánto hace que no tenía esta sensación al andar?
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-Pues desde hace 20 años. Porque te van realizando infiltraciones, pero de vez en cuando te da un latigazo, recurres a calmantes… Es como si tuviese mis piernas de antes otra vez.
-¿Por qué tardó tanto tiempo en decidirse por pasar por el quirófano?
-Mi marido falleció el año pasado y estaba en silla de ruedas y necesitaba mucha atención. Como yo iba tirando con las infiltraciones, alargaba el tema de poder andar, de poder moverme… Al fallecer él, tuve otra caída gorda y ya podía dedicarme a mí y someterme a la operación. Si no lo habría hecho antes, sin duda alguna.
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-Me han contado que pudo incluso irse de vacaciones cuando la situación sanitaria aún lo permitía...
-Sí, sí. Estuve en Andalucía, vino un hijo a acompañarme, pero la verdad es que para el mes de octubre ya me podía valer por mí misma para recuperar mi vida normal.
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