Hoy en día es difícil desligar las ofertas que se publican en los portales de internet de las que gestionan las inmobiliarias tradicionales porque muchas de ellas publican allí sus anuncios, pero desde el sector advierten de que «la imagen que se percibe en ... internet no refleja la situación real del mercado inmobiliario, porque muchas operaciones se cierran antes incluso de publicarse». José Luis Polo, presidente de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Gipuzkoa, señala que «la oferta de pisos de alquiler es tan escasa con respecto a la demanda que muchas inmobiliarias de Gipuzkoa tienen lista de espera. Y, en cuanto sale un piso a buen precio, encuentran un inquilino casi al momento, por lo que esas ofertas no llegan a publicarse en los portales».
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Polo pone el ejemplo de su propia inmobiliaria, que opera sobre todo en la zona este de San Sebastián y los municipios cercanos. «Nosotros llevamos desde mayo sin subir un anuncio a estos portales web, pero en este tiempo hemos hecho por lo menos seis contratos de arrendamiento. Los alquileres salen sin necesidad de publicarlos», explica. Lo cual no quita para que la oferta sea muy reducida. «En Pasaia, por ejemplo, han pasado meses enteros sin que saliera ningún piso en alquiler al mercado».
El presidente de los API guipuzcoanos aclara que «el hecho de que los portales inmobiliarios apenas tengan ofertas de alquiler en localidades como Pasaia, Errenteria o Irun no significa que no exista mercado de alquiler en ellas, sino que o bien está copado o que las inmobiliarias locales se bastan con sus escaparates y sus listas de clientes interesados para cubrir toda la oferta que les llega».
A pesar de resaltar que los precios de las ofertas que se encuentran en los portales web pueden estar «inflados», Polo puntualiza que «en Donostia y alrededores, a día de hoy, no alquilamos nada por debajo de los 800 euros». Y pone un ejemplo muy gráfico: «Si sacara ahora mismo una oferta de un piso por 750 euros me colapsarían el teléfono de la inmobiliaria y tendría colas en la puerta».
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La tendencia «inflacionista» en la oferta también tiene una derivada perversa. «Hay arrendadores que hacen lo posible para no renovar los contratos que tienen firmados con sus actuales inquilinos porque saben que, si sacan esos pisos al mercado ahora, podrían pedir 200, 300 o 400 euros más».
Polo señala también que la ley estatal de Vivienda que entró en vigor el pasado mayo y que, en teoría, pretende limitar la subida de los precios de los alquileres «ha generado unas incertidumbres que, en estos primeros meses, han provocado una reducción de la oferta de los alquileres a largo plazo», ya que muchos propietarios se han pasado a los alquileres de temporada. De esta forma, al no ser contratos a año completo, pueden evitar los topes a las subidas anuales que prevé la ley.
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También existe «incertidumbre» en el sector sobre cómo se van a aplicar las zonas tensionadas para el alquiler que la norma permite desarrollar a las autonomías. El alcalde de Donostia, que ha pedido al Gobierno Vasco que toda la ciudad sea zona tensionada, alertó la semana pasada de que la oferta de alquiler de larga duración ha caído «hasta un 50%» en cinco meses.
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