«Aquí he podido soltar todo lo que duele»
Maider Larruzea, psicóloga de Betirako, y Puri Guerra ·
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Maider Larruzea, psicóloga de Betirako, y Puri Guerra ·
Tras perder a su única hermana por el Covid-19, Puri Guerra está encontrando gracias a Betirako la fortaleza que necesitaba para superarloPuri Guerra perdió a la que era su única hermana, once años mayor que ella, víctima del Covid-19. «Estuvo tres semanas en la UCI ... en el hospital de Cruces y falleció el 3 de febrero», explica emocionada y con un hilo de voz. «Recuerdo la última conversación que tuve con ella, pero no pude despedirme –confiesa–. Supe que no iba a superarlo sola y se lo comenté a mi médica de cabecera. En mi entorno familiar, yo me sentía la parte que tenía que mantener más fortaleza. Yo tenía a mi madre que había perdido a su hija. A mi hija, que había perdido a su tía. A mi sobrino, que había perdido a su madre, y a mi cuñado, que había perdido a su esposa y estaba bastante mal en el hospital. Sentía que tenía que tirar del carro sola».
En el ambulatorio decidieron derivarle al programa Betirako, impulsado por Agintzari Sociedad Cooperativa de Iniciativa Social, en colaboración con el Departamento de Empleo y Políticas Sociales del Gobierno Vasco. Desde el pasado mes de junio, ayuda a las personas que han perdido a familiares o allegados en el curso de la pandemia y a las que les atenaza un profundo sentimiento de rabia, de permanente vuelta atrás y de dolor por la no despedida, por el no acompañamiento al final de su vida. Preguntas y repreguntas tortuosas: ¿murió en soledad?, ¿qué pensó?, ¿se sintió abandonado por mí?... «Y también por la tristeza de no haber podido recibir apoyo posterior, como hubiera sido lo adecuado», explica Maider Larruzea, la psicóloga que atiende a Puri.
Un total de 650 personas se han puesto en contacto ya con Betirako a través del teléfono 900 908 744 o en el formulario de contacto que hay en su web (betirako.org) para «pedir ayuda o resolver alguna cuestión concreta que tenga que ver con el proceso de duelo». A nivel somático, son personas como esta mujer de 55 años que presentan problemas para conciliar el sueño, estomacales, dolores de cabeza... «Estamos atendiendo desde adolescentes a ancianos», señala Larruzea. Pero el perfil mayoritario de los usuarios de esta iniciativa responde a una mujer de la edad de Puri que ha perdido a su padre o madre. Siete de cada diez manifiestan sentir que no pudieron acompañarles al final de la vida. El 47% considera que no ha podido recibir el apoyo social que necesitaba tras el fallecimiento, que tiene mucho que ver con las circunstancias en las que estamos, porque, en un contexto natural, un duelo se lleva de otra manera. El 40% no había hecho ningún tipo de ritual de despedida y, de los que sí pudieron hacerla, el 30% lo realizó de forma tardía, solo cuando hubo medidas que lo posibilitaron.
Son elementos especialmente diferenciales y traumáticos del covid. De los testimonios de quienes acuden a Betirako se desprende un «sentimiento de abandono». Muchas personas cuentan que las pertenencias de su familiar fallecido les llegaron mucho tiempo después del deceso. Y que, cuando los suyos murieron en soledad, profesionales de la salud fueron los que ejercieron la misión de consuelo, las personas que les dieron la mano en sus últimos suspiros.
«A la mañana siguiente de ponerme en contacto con Betirako, me llamaron. Esa conversación tan breve ya me reconfortó bastante. A los diez días estaba con Maider en terapia», evoca Puri Guerra, que va a comenzar también terapia en grupo «para trabajar cosas que ya hacemos en la sesión individual pero con el plus de que va a estar acompañada de otras personas que están pasando por una experiencia o por unas emociones parecidas. Suele venir muy bien», indica su psicóloga.
«Cuando yo entré en esta situación tampoco estaba exenta de cargas emocionales, y eso también hay que tenerlo en cuenta», añade Puri. A ella no le ha costado liberar sus emociones: «Encontré un espacio donde poder expresarme a gusto, con la limitación que yo me quisiera poner. Porque con tus familiares no puedes expresarte igual y con amigos, quizás tampoco. Con unos porque te avergüenza ponerte a llorar y con otros, por no preocuparles. Aquí eso no existe, aquí es soltar todo lo que duele».
Tras perder a su única hermana por el Covid-19, Puri Guerra está encontrando gracias a Betirako la fortaleza que necesitaba para superarlo
'Solidarios' es un diálogo entre personas que han sufrido las consecuencias de la pandemia y los voluntarios que les han ayudado
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