Fernando Prado, obispo de San Sebastián, durante su comparecencia al cumplirse dos años de su Obispado. De la Hera

Prado defiende que la Iglesia de Gipuzkoa está haciendo «un trabajo serio y callado» para evitar casos de abusos a menores

El obispo de San Sebastián afirma que serán las propias parroquias las que decidan la reestructuración de la Iglesia en Gipuzkoa y denuncia «presiones externas» y «ciertos elementos de hostilidad social hacia la Iglesia»

Miguel Ángel Mata

San Sebastián

Lunes, 16 de diciembre 2024, 16:44

El obispo de San Sebastián, Fernando Prado, ha defendido que la Iglesia de Gipuzkoa está haciendo «un trabajo serio y callado» para evitar que se vuelvan a repetir casos de abusos a menores. En un desayuno informativo cuando se cumplen dos años de su llegada ... al cargo, el prelado donostiarra ha pedido «poner fin a esa foto fija» que es focalizar en la pederastia cualquier noticia sobre la Iglesia. «Como Iglesia reconocemos que no siempre se ha obrado bien, pero estamos en otro momento, en el de la reparación».

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En el caso concreto de Gipuzkoa, ha defendido que «se ha hecho un trabajo fuerte, serio y callado» para «intentar que lo sucedido no vuelva a suceder». Ha citado en este punto el programa de formación 'Arduratuz', adelantado el pasado sábado por DV, y que está dirigido a todos los agentes pastorales para detectar y prevenir posibles abusos y conocer los procesos de actuación en caso de que se den los mismos, no solamente en el seno de la Iglesia sino también en otros ámbitos, como en el familiar. En este sentido, ha esperado que la «triste experiencia» que existe en la Iglesia con los abusos, «esté ahora al servicio de los demás para prevenirlos».

El desayuno con el obispo de San Sebastián, Prado ha incidido también en la reestructuración de la Iglesia en Gipuzkoa, con la posible desaparición de algunas parroquias y/o la reorganización o fusión de otras ante la reducción en el número de sacerdotes y voluntarios, «no vendrá de una intervención desde arriba», en relación a los órganos de gobierno de la Diócesis, sino que será fruto de un análisis detallado de cada caso en el que participarán las propias comunidades.

Prado ha reconocido este lunes que en una sociedad que vive inmersa en un «proceso de secularización que viene desde hace muchos años (...) no podemos mantener nuestras estructuras como antes. No podemos seguir viviendo como hace 60 años», ha remarcado. Es por ello que «toca ponerse las pilas, analizar, adaptarse y renovarse», porque cada vez «cuesta más transmitir la fe a las nuevas generaciones» en un entorno en el que «las personas han dejado de necesitar a Dios en sus vidas» y «sociedades que eran muy cristianas ya no lo son tanto».

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«Tenemos que bregar en ese mar y fortalecer nuestras comunidades», ha insistido, citando el ejemplo de los monasterios, con al menos dos de los once que existen en Gipuzkoa a las puertas del cierre por falta de vocaciones, los Benedictinos de Lazkao y las Agustinas de Errenteria. En contraposición ha destacado otros, como los de las Carmelitas de Hondarribia y Zarautz, donde «hay gente joven».

Ha recalcado que la Diócesis se encuentra en este momento inmersa en ese proceso de «análisis abierto» en el que a día de hoy «no hay conclusiones finales». Las reorganizaciones que vayan a producirse serán el resultado de ese trabajo «común» que determinará qué solución se considera más adecuada en cada caso para «cuidar de la mejor manera posible a la comunidad cristiana» y «seguir anunciando el Evangelio». «Hemos iniciado un proceso de análisis de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades en el que han participado más de mil personas que nos ha dado una primera visión, pero aún es una fotografía incompleta», ha recalcado. «La imagen completa la veremos al finalizar el proceso y habrá que afinar cuál es la mejor opción en cada caso».

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Fortalezas y debilidades

Así lo ha asegurado el propio obispo durante un desayuno con periodistas para presentar su última carta pastoral, adelantada el sábado por DV, con motivo del Año Jubilar ordinario convocado por el papa Francisco en 2025. Un año que coincide además con el 75º aniversario de la Diócesis guipuzcoana. La publicación se produce además en vísperas de que Prado cumpla este martes 17 su segundo aniversario como obispo.

Entre las fortalezas ha subrayado la «presencia de la Iglesia en todo el territorio de Gipuzkoa, la calidad del servicio» que presta, que a pesar de que haya menos sacerdotes «seguimos celebrando la fe en todas las iglesias», o que «este año se ha revertido la tendencia y han subido en casi 3,5 puntos las aportaciones a la casilla de la Iglesia católica en la Declaración de la Renta». Entre las debilidades, la caída en el número de bautizos, comuniones, confirmaciones y bodas; el propio descenso de sacerdotes, o la ausencia de relevo generacional en el voluntariado, algo que «afecta a la sociedad en general» y que en el caso de la Diócesis guipuzcoana se deja notar en servicios como Cáritas, la Pastoral de la Salud, la Pastoral Penitenciaria, y en general, en todo el área sociocaritativa.

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De cara al futuro próximo, considera que la inmigración supone una «oportunidad» para el sostenimiento de la Iglesia, ante la «amenaza» que supone la caída de la natalidad. «La secularización de la sociedad genera menos vocaciones, sí, pero también influye que hay menos jóvenes», ha apuntado. También ha lamentado las «presiones externas» que parecen generarse en el actual contexto social. «Asoman ciertos elementos de hostilidad hacia la Iglesia que hacen que a veces nos sintamos acomplejados de manifestar nuestra fe», ha denunciado.

«Son cuestiones que nos llevan a no ser tan felices como deberíamos», ante lo que ha animado a religiosos y feligreses a «superar la tentación de la desesperanza». Precisamente la esperanza es el objetivo de su carta pastoral, titulada 'En Él, nuestra esperanza'. En ella anima a la comunidad cristiana a «colaborar» entre sí, con la sociedad y las instituciones; seguir propagando la palabra de Dios y ayudando a los necesitados; y pide la colaboración de personas para ayudar en las diferentes tareas de la Iglesia.

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Mujer y visita por el Año Jubilar

Prado se ha referido a cuestiones recurrentes como el papel de la mujer en la Iglesia. El obispo ha valorado el papel «fundamental» de las mujeres en la transmisión de la fe, y ha destacado que en los órganos de gobierno de la Diócesis de San Sebastián hay presencia femenina. «En nuestro Consejo de Gobierno, de los 10 miembros, dos son mujeres», ha puesto como ejemplo. También en otros órganos, como en los colegios católicos agrupados en Kristau Eskola. «En más de la mitad de los 40 centros, la directora es una mujer, y en nuestro caso no es por una cuestión de cuotas», ha recalcado. «En nuestras estructuras hay cada vez más laicos y más mujeres», ha insistido, antes de rematar que la Iglesia «no es machista» y ha «avanzado con la sociedad».

Con motivo del Año Jubilar, el papa Francisco enviará a Gipuzkoa al cardenal prefecto para la Educación y la Cultura de la Santa Sede, José Tolentino de Mendonça, que el 6 de enero participará en la Catedral del Buen Pastor de la capital guipuzcoana en la solemne inauguración del año jubilar. Además, está previsto que el día 7 visite por la mañana el Santuario de Aranzazu y por la tarde participe en un acto con personalidades del mundo de la cultura y autoridades en el Aquarium en una jornada dedicada a la Cultura; y el 8 acuda a Chillida Leku y participe en un acto académico en la Universidad de Deusto con agentes educativos.

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